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sábado, abril 20, 2024

Proliferación de motos y accidentes, un fenómeno para el que Honduras no está lista

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. En los últimos años el crecimiento del parque vehicular motorizado ha aumentado significativamente y su presencia ha sido notoria en las calles y avenidas de la ciudad, siendo los conductores  de vehículos quienes perciben más ese crecimiento, lo que genera un alza al número de accidentes de tránsito en el país.

Jimmy Salinas, es un hondureño de 50 años de edad, catedrático universitario y doctor en Cirugía Dental. Él, como muchos hondureños, utiliza un automóvil para transportarse en la ciudad.

Él relata que utiliza un automóvil por la comodidad, rapidez y seguridad que le brinda; se siente más protegido en esa unidad vehicular que en cualquier otra.

Asimismo, dice que algunas de las limitaciones que se le presentan al momento de conducir su vehículo son: el tráfico, la falta de vías alternas y los conductores imprudentes que no respetan las señales de tránsito, ocasionando accidentes vehiculares.

Salinas cuenta que los chóferes motorizados no respetan a los conductores de automóviles y éstos –los motorizados- irrespetan las leyes de circulación provocando la mayor parte de accidentes de tránsito en la ciudad.

Él considera que deberían de existir carriles de uso preferencial para motocicletas, porque se liberaría el tráfico vehicular y se reducirían los accidentes de tránsito, logrando una mejor circulación vehicular en la capital.

“Considero que hay muchas, no muchas sino demasiadas motocicletas en la ciudad. Hay un exceso y aparte de eso no hay vías para ellos”, concluyó.

Indignación particular

Y así como Jimmy Salinas existen muchos conductores de automóviles que tienen que lidiar con la imprudencia e irresponsabilidad de los motorizados que se apoderan de las calles capitalinas y ocasionan, muy a menudo, accidentes de circulación.

Como es el caso de Kevin Irías, quien a diario tiene que lidiar con la inconsciencia de los conductores de motocicletas. “A diario tengo un altercado con esos conductores, porque aparecen de la nada, rebasan sin precaución alguna y no se rigen bajo ninguna norma vehicular del país”, expresó Irías.

Al igual que Salinas, Kevin utiliza un automóvil por la seguridad, rapidez y comodidad que esa unidad vehicular le proporciona.

Él dice que alguna de las limitantes que se le presentan al momento de conducir su vehículo son: las motocicletas, porque hay que andar pendiente de no golpear a los conductores de las mismas ni que los motociclistas los golpeen a ellos.

Otra, es la gente irresponsable que no respeta dónde estacionarse; se quedan estacionados en medio o a la orilla de la calle y eso provoca accidentes de tránsito. Y, por último, pero no menos importante, es que no todas las calles de la cuidad se encuentran bien señalizadas.

Él narra que en una ocasión estaba en “cola” en un bulevar de la capital e iba a entrar a un autobanco y de repente un motociclista se le “metió” y casi lo atropella, no siendo culpa de él sino del conductor de moto que no respetó su derecho de vía y puso en riesgo la vida de ambos conductores.

Kevin relata que la ciudad está sobrepoblada de motocicletas las cuales deberían de tener su propio carril de uso preferencial. Considera que así las calles y avenidas del país estarían más seguras, más descongestionadas y se reducirían los accidentes de tránsito.

Crecimiento vehicular

Mientras tanto la institución encargada del registro de las diferentes unidades vehiculares del país, comunicó que hasta la fecha se ha reportado alrededor de un millón de motocicletas en Honduras.

Según datos del Instituto de la Propiedad (IP), para lo que va del 2021 ya hay un millón 6 mil 34 motos registradas en el país.

Pero las motos no son las únicas circulando en las calles y avenidas. En realidad, el parque vehicular también lo conforman 1,088,600 (un millón ochenta y ocho mil seiscientos) vehículos livianos.

El IP también registra un total de 189,391 (ciento ochenta y nueve mil trescientos noventa y un) vehículos pesados.

En total, hasta la fecha hay 2,284,025 (dos millones doscientos ochenta y cuatro mil veinticinco) placas vehiculares ingresadas en esta institución pública.

Debido a la ineficiente consolidación de cifras del IP, no ha sido posible establecer para este trabajo periodístico cómo ha crecido en los últimos años el número de motos.

Sin embargo, la observación permite a conductores, transeúntes y a los propios motorizados, establecer que cada día hay más motos en las calles.

Por otra parte, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) registraron que el parque vehicular motorizado para 2016 fue de 570,960 en comparación al de 2021; esto representa un aumento del 100 % del número de motocicletas en el país.

Accidentes de tránsito

La portavoz de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT), Dania Cruz, informó que para lo que va de 2021 se han reportado 4,688 accidentes de tránsito. En los que se han registrado 618 víctimas.

Además, señaló que las motocicletas participan en un 75 % dentro del total de los accidentes de tránsito en el país.

La DNVT indicó que para 2018 hubo 453 muertos por accidentes de tránsito en Honduras; en 2019 se reportaron 475 fallecidos; en 2020 fueron 404 personas las que perdieron la vida y en lo que va de 2021 han fallecido 618.

Por otra parte, la vocera del Hospital Escuela Universitario, Julieth Chavarría, explicó que ese centro asistencial recibe diariamente entre 8 a 10 personas lesionadas por accidentes de tránsito. Y que esos pacientes ingresados en las salas de emergencia u ortopedia, por lo general, son conductores de automóviles y motocicletas.

También señaló que los accidentados son hombres y mujeres de todas las edades; siendo los adolescentes de 16 años en adelante los más jóvenes en ser atendidos por accidentes vehiculares. Chavarría indicó que el número de pacientes por accidentes de tránsito había aumentado en el Hospital Escuela Universitario.

La otra cara de la moneda

Son muchos los hondureños que se quejan de los conductores de motocicletas; pero poco se habla de la realidad, inconformidad e incertidumbre que viven los motociclistas a diario.

José Amador, es un hondureño de 28 años de edad, trabajador, responsable, honrado y honesto, que utiliza una motocicleta como medio de transporte para movilizarse a su lugar de trabajo.

José cuenta que eligió una motocicleta porque es un medio de transporte más rápido, económico y accesible para movilizarse en la capital. Sin embargo, él afirma que así como tiene sus ventajas, también presenta sus limitaciones.

“En ocasiones hace mucho calor o está lloviendo y uno que anda en moto es el más perjudicado. Pero, lo más complicado es lidiar con los conductores de carros que no respetan nuestro derecho de vía y provocan accidentes de tránsito”, expresó José.

Él relata que las motocicletas no solo sirven como un medio de transporte sino como una herramienta de trabajo por la capacidad que tiene el conductor de llegar en determinado tiempo a ciertos lugares.

Trabajo en dos ruedas

Son muchas las personas que eligen comprar o tener una motocicleta para movilizarse en la ciudad, por los diferentes beneficios que éstas les brindan; sin embargo, hay otros que las utilizan no por placer ni comodidad, sino como herramienta de trabajo, como es el caso de Adolfo Barahona.

Adolfo Barahona, es un hondureño de 49 años de edad, padre de familia, luchador, responsable, solidario y honesto; trabaja desde los 12 años para subsistir y llevar alimento a su hogar.

Adolfo cuenta que desde muy pequeño ha trabajado en diferentes lugares. Y que fue uno de los muchos compañeros laborales que tuvo, quien le enseñó a conducir una motocicleta para optar a un mejor puesto de trabajo.

Él relata que desde que aprendió a conducir una motocicleta, en la mayor parte de sus trabajos ha requerido de ellas; las empresas que solicitan cobradores, repartidores o delivery buscan personas que tengan su propia motocicleta para lograr conseguir esos trabajos, menciona Adolfo.

El actual patriarca narra que andar en la calle es una arma de doble filo; que conducir una motocicleta, más en la capital, es andar arriesgando la vida a diario; que, a pesar de los beneficios que éstos vehículos motorizados brindan, realmente son muy peligrosos si no se saben utilizar con precaución, prudencia y respeto.

“En una ocasión andaba repartiendo producto en toda la ciudad y necesitaban un pedido con urgencia, por lo que me movilicé con mayor velocidad y esquivando a los demás vehículos para llegar al punto de reunión. Sin embargo, ese tipo de acciones son muy peligrosas, porque por cumplir con nuestro trabajo ponemos en riesgo nuestras vidas y la de los demás”, expreso Adolfo.

Son más de 20 años los que Adolfo lleva trabajando en una motocicleta. Él dice que en la capital hay muchos vehículos con conductores irrespetuosos de las leyes de tránsito.

Asimismo, menciona que las calles de la ciudad no están en óptimas condiciones para los conductores, tanto de motos como de carros. Y que el aumento de motociclistas en la ciudad es muy notable.

Creación de motovías

Mucho se habla de la creación de carriles preferenciales para el uso de motocicletas; pero poco de la inversión y factibilidad que ese tipo de proyectos puede generar en el país.

Según el arquitecto Fernando Fortín se le llama motovía a los carriles destinados especialmente para la circulación ordenada de motocicletas. Esos carriles de uso preferencial, usualmente, son implementados en ciudades donde el parque automotor es abundante y desordenado.

Fortín señaló que existe una enorme desproporción entre el crecimiento de infraestructura vial y el crecimiento del parque vehicular, el cual aumenta en casi un 100 por ciento cada 10 años. Siendo la mayor parte de ese crecimiento en motocicletas, conducidas por jóvenes.

Explicó que en Tegucigalpa no es posible contemplar nuevas vías sin utilizar la red existente, debido al trazo de calles y avenidas; la única forma posible es subdividiendo y revisando las ya existentes en la ciudad, destinando carriles dedicados para motocicletas, los que deberían ser señalizados verticalmente.

Además, indicó que los carriles de uso preferencial deberían de contar con al menos 3 metros de ancho, solo en uno de los sentidos de la vía, para que puedan proporcionar fluidez vehicular. Pero, la infraestructura y diseño urbano no da para tanto.

Fortín dijo que parte de la inversión, para la creación de motovías, debería de estar enmarcada dentro del bacheo, reparación, semaforización y señalización de las diferentes calles y avenidas del país.

Y así como Jimmy, Kevin, José y Adolfo hay miles de hondureños que utilizan cualquier unidad vehicular, ya sea automóvil o motocicleta para transportarse en la ciudad o como medio de trabajo. Debido a la desconfianza que existe en el transporte público y por la seguridad, rapidez y comodidad que una unidad de circulación personal puede brindar.


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