TEGUCIGALPA. En la actividad insigne del Viernes Santo, el Viacrucis, la Iglesia Católica de Honduras resaltó la labor del personal médico en primera línea de batalla contra el COVID-19.
Se criticó el débil sistema sanitario y de justicia en el país, de igual manera, se reprochó la corrupción y la migración. Este Viacrucis se conmemoró en cada templo, debido a la pandemia del COVID-19.
La procesión en Tegucigalpa inició, como es de costumbre, en la iglesia San Francisco. Se realizó con las imágenes de Jesucristo cargando la cruz y la virgen María, ubicadas en la parte trasera de los vehículos. Ambas recorrieron las catorce estaciones de la Pasión de Cristo.
Entre tanto, miembros de la iglesia leían los pasajes que narran el camino al calvario de Jesús, hasta el momento que llega al sepulcro.
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Recreación del Viacrucis
En el caso de algunas parroquias, como la de «El Calvario», en Comayagüela, recrearon los momentos vividos por Jesús de Nazaret. En todo momento se guardó la distancia y se cumplió el protocolo de bioseguridad por el COVID-19.
Varios católicos se concentraron frente a cada una de las catorce estaciones del Santo Viacrucis para orar. Otros fieles siguieron la procesión a través de la televisión, radio y redes sociales.
Sistema de justicia a favor de los poderoso
Frente a la entrada principal de la Catedral de Tegucigalpa, que estaba adornada con altares con flores y artículos religiosos, el párroco Juan Carlos Martínez cuestionó el sistema de justicia en Honduras y la complicidad de la sociedad.
El sistema de Justicia del país está «concebido para liberar a los poderosos y condenar a los débiles», lamentó el sacerdote Martínez.
El sacerdote católico indicó que el «silencio cómplice» de la sociedad ante «lo injusto y la actitud de impotencia ante quien hace tanto daño a su pueblo, son signos de colaboración con el mal, de la condescendencia, lo indebido y de estar de acuerdo que la justicia se aleje de nuestras manos».
Orar por el personal sanitario en primera línea
De su lado, padre Alex Hernández, presidente del Tribunal Eclesiástico de Honduras, pidió a la población meditar sobre «cuántos hermanos nuestros están caídos a causa de las dificultades de la vida, caídos por las miserias, las enfermedades y tantas problemas que hoy vivimos».
Asimismo, el religioso instó por el personal sanitario que está luchando contra la pandemia, para que así Dios les renueve la fortaleza, les conceda su bendición y los anime en su trabajo.
«Encomendemos a todo ese personal sanitario que con gran deseo y esfuerzo siguen el ejemplo de Jesucristo, dando lo mejor de sí mismos. Encomendemos también a todos nuestros feligreses para que el Señor, en medio de sus dificultades y necesidades, les levante y los anime», señaló el sacerdote.
Sistema sanitario débil
Entre tanto, el vicario general de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Carlo Magno Núñez, quien recientemente se recuperó del COVID-19, pidió también orar por el personal sanitario que ha «ofrendado su vida porque muchos vivamos».
En la décima estación del viacrucis móvil en Tegucigalpa, los sacerdotes cuestionaron la escasez de medicamentos y de protección para el personal de salud en los hospitales, la indiferencia con los que piden en la calle y a los que «roban en perjuicio de los más necesitados».
«Cuando abusamos del poder que Dios nos ha otorgado, cuando cometemos actos de corrupción, cerramos nuestros ojos a las necesidades del otro. Debemos ver en el rosto del indigente, del enfermo, del médico que está en primera línea, del marginado, el rostro de Cristo sufriendo», concluyeron.
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