TEGUCIGALPA-HONDURAS. La llamada de una mujer para que le hiciera un carrera podría convertirse en una pista para que las autoridades policiales esclarezcan la muerte de Edwin Edgardo Amador Banegas, de 31 años de edad, a quien lo encontraron sin vida en el baúl de su vehículo (un taxi VIP) la mañana de este miércoles en el estacionamiento del Mercado La Isla.
A través de medios locales, los familiares revelaron que Amador Banegas estaba con su esposa el pasado lunes 1 de febrero y recibió la llamada de una fémina a eso de las 1:00 de la tarde, presuntamente para una carrera, él acudió, sin embargo, no regresó.
Los parientes, al ver que cayó la noche, se trataron de comunicar en reiteradas ocasiones con el joven, pero este no les respondió.
Su esposa se dirigió a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) para interponer la denuncia de su desaparición. La fémina salió de la oficina a las 2:00 PM, donde sólo le notificaron que la llamarían si lograban ubicarlo.
No obstante, las horas pasaron y fue hasta este miércoles, que medios de comunicación informaron que un vehículo con un cadáver adentro había sido abandonado en el mercado La Isla.
Al joven lo hallaron muerto en el baúl del carro en un avanzado estado de putrefacción. Asimismo, su cuerpo estaba envuelto en una tela negra, donde lo habrían dejado los criminales luego de quitarle la vida.
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Edwin era licenciado en Administración de Empresas
Tras confirmar la placa y el modelo, la familia supo de inmediato que el cadáver era de Edwin Amador Banegas. Consternados por la noticia, se trasladaron al sector y posteriormente a la morgue capitalina, donde autoridades de Medicina Forense llevaron el cuerpo.
Edwin Edgardo Amador Banegas era licenciado en Administración de Empresas, con un máster en la carrera de banca y finanzas.
De acuerdo con sus familiares, él trabajó para una agencia bancaria del país, pero, durante la pandemia, se quedó sin trabajo e inició a laborar como taxista VIP con su vehículo, un turismo azul con placas PDU 6257.
El joven residía en la colonia Luis Córdova de la capital junto a su esposa y sus dos pequeñas hijas. «Él no se metía con nadie, era un hombre trabajador y dedicado a su familia», contó entre lágrimas Gissel, la hermana de Edwin Edgardo. «Mi hermano deja dos niños pequeños», lamentó. A la vez pidió «que se haga justicia… no se puede quedar así».
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