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viernes, abril 26, 2024

Advierten que Brasil se volvió «una amenaza para la salud pública global»

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REDACCIÓN. A pesar de que ya varios países en el mundo han «vuelto a la normalidad» gracias a que han controlado la pandemia de la COVID-19, otras naciones no han corrido con la misma suerte, tal es el caso de Brasil, donde los masivos contagios están a punto de llevar al país a un colapso sanitario.

Según medios locales, las muertes diarias por el coronavirus en Brasil superan las 2.000, lo que lo convierte en el segundo país con mayor número de decesos por esta enfermedad, solo superado por Estados Unidos.

Podría afectar a sus vecinos  

El epidemiólogo Pedro Hallal, dijo que ante el incremento de los casos de COVID-19, podría llegarse a un punto donde no solo suceda un desbordamiento de contagios que implicaría un colapso de los hospitales brasileños, también sería una amenaza para los países vecinos del gigante sudamericano.

El miércoles 10 de marzo, el país registró 79.876 nuevos contagios confirmados, el tercer número más alto en un solo día, mientras que el número total de muertes a nivel mundial  provocadas por la COVID-19 alcanzó las 270.656, según cifras de la Universidad Johns Hopkins de EE.UU.

21% de todas las muertes que sucedieron ayer 11 de marzo, ocurrieron en Brasil, un país que solamente tiene el 2,7% de la población mundial. Una situación alarmante, debido a que Brasil se está convirtiendo en «una amenaza para la salud pública global», dijo el epidemiólogo.

Margareth Dalcolmo, médica e investigadora de la Fundación Oswaldo Cruz (un centro de investigaciones científicas ubicado en Río de Janeiro), describió la situación como «el peor momento de la pandemia en Brasil».

Hospitales a punto de colapsar     

En todo Brasil, las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están a más del 80% de su capacidad, según las autoridades de salud. Además en 15 capitales estatales, las UCI están a más del 90% de su capacidad, incluido Río de Janeiro y Sao Paulo.

La prensa del país afirma que la capital, Brasilia, ha alcanzado la capacidad total de las UCI, mientras que dos ciudades, Porto Alegre y Campo Grande, van por el mismo camino.

En un informe, autoridades sanitarias advierten que las cifras se deben y apuntan a la «sobrecarga de pacientes en los centros hospitalarios y a un posible colapso de los sistemas de salud«.

Hallal asegura que su estado (Rio Grande do Sul) está desbordado. «Aquí en el sur de Brasil, la situación se está poniendo realmente mala, superamos el 100% de la ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos», dijo a la BBC.

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Presidente no ayuda, pero sí insulta 

El pueblo Brasileño se ha manifestado por medios de las redes sociales para quejarse del poco o nulo apoyo que han recibido por parte del presidente, algunos señalan que se sienten «abandonados por el gobierno federal».

«Los políticos tardaron mucho en actuar», dijo el ciudadano Adilson Menezes, de 40 años de edad, a la agencia de noticias AFP frente a un hospital en Sao Paulo. «Lo estamos pagando la gente pobre«, dijo Menezes refiriéndose al estado de casi colapso del sistema de salud pública de Brasil.

Después de días consecutivos de muertes récord por la COVID-19 en Brasil, la semana pasada el presidente Jair Bolsonaro, dio una conferencia de prensa, aunque se pensaba que el mandatario informaría de algún plan para combatir la crisis, no fue así, pues el líder político criticó a todas las personas que se la pasaban lamentando por la pandemia. Sus comentarios han sido catalogados de «crueles» e «insensibles».

«Basta de quejas y lloriqueos. ¿Cuánto tiempo más durará el llanto?», dijo Bolsonaro a una multitud en el evento. «¿Cuánto tiempo más te quedarás en casa y cerrarás todo? Nadie puede soportarlo más. Lamentamos las muertes, otra vez, pero necesitamos una solución», añadió el mandatario.

Luego, el presidente de Brasil, volvió a atacar a la población, al llamar “idiotas” a quienes han pedido que el Gobierno compre vacunas contra la COVID-19.

“Hay idiotas que vemos en las redes sociales y en la prensa diciendo ‘ve a comprar vacunas’. No hay vacunas para vender en el mundo”, expresó Bolsonaro.


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