TEGUCIGALPA, HONDURAS. Dos hermanos se subieron a bajar mangos de un árbol sin pensar que al buscar el fruto, quedarían sin algunas de sus extremidades, el suceso tuvo lugar en el municipio de Marcovia en Choluteca, sur de Honduras.
Los niños que sufrieron el incidente fueron identificados como Rafaelino Antonio Méndez y Franklin Alexander Méndez de 10 y 13 años, respectivamente.
Ahora, luego de que están internos en el hospital, el papá de los menores, Rafaelino Méndez pide ayuda para comprar los medicamentos. Diario TIEMPO Digital se contactó con el padre de los afectados para conocer más detalles sobre el caso y su salud.
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Los menores están estables
De acuerdo con la información proporcionada por Méndez, sus hijos están fuera de peligro y siguen en el Materno Infantil, bloque del Hospital Escuela.
Sin embargo, indicó que están a la espera de la respuesta de los médicos ya que al mayor de sus hijos le amputaron un dedo, pero pueden quitarle la mano.
En cuanto al pequeño informó que le quitaron dos dedos de los pies más una mano, también tiene varias quemaduras.
Hicieron caso omiso a su papá
Asimismo, Rafaelino comentó que esa fue la primera vez que se subieron al árbol para bajar mangos y les pasó el accidente.
«Ya habían visto los cables que estaban cerca del palo y yo les advertí en varias ocasiones para que no subieran porque podía ser riesgoso. Pero, no me hicieron caso, ellos son niños y nunca entienden de peligros», detalló Rafaelino.
El padre de los niños afectados relató que sus hijos estaban en la casa, en un taller que tiene afuera, se movieron al árbol y ocurrió. «El más afectado es el mayor porque él se trepó al árbol, el otro se quedó abajo agarrándolo con una mano, por eso solo una se lastimó», acotó.
Por otro lado, manifestó que sus hijos quedaron mal psicológicamente, no obstante, él les da fuerzas a cada momento.
«Son mis hijos, yo los quiero mucho, los abrazo y les digo que saldremos adelante. Lo mejor es que ellos están aceptando todo», manifestó.
Por último, pidió ayuda a los hondureños para que les apoyen con lo que sea su voluntad debido a que ellos son una familia de escasos recursos.
«Lo que las personas de buen corazón deseen proporcionar será bien recibido. Lo que más necesitamos es comprar los medicamentos para que se recuperen», concluyó Rafaelino.
Si usted desea ayudar a esta familia, se puede comunicar con el señor Rafaelino Méndez al número de teléfono: +504 8772-9656.
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