TEGUCIGALPA, HONDURAS. Él reía o, como mínimo, sonreía, transmitiéndole ese mismo sentido de felicidad, al menos por unos momentos, a cada uno de sus clientes bajo el fresco clima de Santa Lucía.
Tenía la habilidad de, en solo un par de minutos, sacar a relucir su personalidad y endulzar la estadía de cada visitante. Todos se iban con un postre que se ganaría por completo sus paladares.
Su nombre era Carlos Arturo Salgado. Sin embargo, a alguien especial no podían solo llamarle por su nombre, es así que algunos se referían a él como «Arturito» o como «El Primo«.
Bueno, en realidad, este último pseudónimo se lo ganó por sus propias expresiones, pues él mismo recibía a cada cliente diciéndole «Primito» o «Primita«, ganándose su confianza prácticamente de inmediato.
También, podían conocerle nada más como el vendedor de minutas, pues, era precisamente a eso a lo que se dedicaba. Salgado, desde 1990, vendía esos postres helados en el municipio turístico.
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Un fatídico cambio de aires
No obstante, algo tan fuerte como la emergencia sanitaria por COVID-19 lo despojó de la normalidad en esa actividad. Ante la ausencia de turistas foráneos y los propios hondureños, optó por una nueva oportunidad laboral.
Ese súbito cambio, al final derivó, de algún modo, en un desenlace trágico. Arturito perdió la vida de forma violenta la mañana de este sábado en la colonia El Prado de Tegucigalpa.
Todavía no hay claridad sobre qué ocurrió allí, en las instalaciones de una empresa constructora. La única certeza es que falleció tanto él, quien cumplía con labores de mantenimiento general, como un guardia de seguridad del local.
Hipótesis del suceso
Por ahora, trascienden dos versiones del hecho. Una dice que Arturito se enfrascó en una acalorada discusión con el celador quien, furioso, tomó su arma asignada y le disparó directamente en la cabeza. Después, el guardia se suicidó, según esa información.
Empero, otra versión indica que sujetos con la fachada de «clientes» llegaron a la empresa consultora y dispararon certeramente contra «El Primo» y a quien brindaba seguridad a la institución.
TIEMPO contactó a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) para conocer qué arrojan las pesquisas preliminares; no obstante, Kevin Hernández, portavoz, dijo que el Ministerio Público (MP) está tomando nota del caso y aún no tienen un informe al respecto.
Un personaje único
Mientras se esclarecen los detalles del crimen, las muestras de pesar por la defunción de Arturito no se han hecho esperar.
Mediante Facebook, la Alcaldía de Santa Lucía se pronunció y expresó su pesar por la incidencia. Calificó al emprendedor como alguien honesto, trabajador, noble e hicieron mención de la sonrisa que siempre le caracterizaba.
La periodista Marisol Figueroa conoció del deceso de «El Primo», como ella también le decía por cariño, a través de la noticia que publicó TIEMPO Digital. Ella describió ante este medio de comunicación cómo recuerda al hombre.
«Es lamentable lo que pasó con El Primo. A él siempre se le notaban las ganas de trabajar y se ganaba la confianza de cada cliente que le visitaba en Santa Lucía«, comenzó diciendo.
«Era un ser humano muy carismático, es por eso que, cuando íbamos por allí, teníamos siempre en mente regresar, porque sabíamos que nos atendería de la mejor manera», agregó.
Precisamente, Salgado siempre decía que el valor más importante para una empresa o un pequeño comercio, era tener el mejor nivel de servicio al cliente. Su defunción representa, en cualquier sentido, una pérdida irremediable de «sabor» en la ciudad de las flores.
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