CORTÉS, HONDURAS. Terminó el juicio en contra del exestudiante de Medicina Augusto César Ocón Hernández, sospechoso de matar a la profesora Sulmi Erazo, crimen ocurrido en abril de 2019, hace más de dos años.
Los padres del acusado iban a ser testigos a su favor, pero ninguno de los dos se presentó a declarar, según confirmó una fuente a TIEMPO Digital.
Ahora nada más falta conocer el veredicto del juez. El Tribunal de Sentencia, a través de la Sala II, estableció la lectura del fallo para las 09:00 de la mañana del viernes 30 de abril del presente mes.
Fueron evacuadas 21 pruebas, incluyendo documentales, periciales y testificales, de las cuales. Del total, la Fiscalía aportó 18 y la defensa del acusado nada más tres. En caso de que lo declaren responsable del crimen, Augusto Cesar Ocón Hernández podría purgar una pena de entre 20 a 25 años de prisión.
Las pruebas en contra de Ocón Hernández
Las cámaras del Sistema Nacional de Emergencia 911 grabaron el recorrido del vehículo de la víctima, que salió desde el Instituto Patria de La Lima, siendo conducido por Ocón Hernández, hasta llegar a un centro comercial ubica en Jardines del Valle. Antes, hizo una parada en otro centro comercial, situado en el bulevar del Este, ya que a bordo iba, además del acusado y la víctima, una compañera de trabajo de Erazo.
La Fiscalía estableció que Ocón Hernández acompañó a la víctima hasta su desaparición. Su cuerpo yacía a la orilla del río Zapote, cerca de Ciudad Jaragua y Armenta. Según la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), fue el acusado quien reveló las ubicaciones tanto de los restos mortales de la profesora y del automóvil turismo marca Mazda.
Asimismo, las indagaciones establecieron que Ocón Hernández utilizó una pistola nueve milímetros, propiedad de su mamá, para cometer el crimen. El dictamen balístico reveló que la bala que mató a Sulmi Erazo salió del arma decomisada al imputado.
La Fiscalía trató de evidenciar que, el acusado, se presentó desde el 1 de abril del 2019 al taller mecánico donde la víctima había dejado otro automóvil, para que el propietario del local, quien fue testigo de la Fiscalía, pudiera venderlo. Ocón Hernández negoció la adquisición del carro y entregó un cheque sin fondos al dueño del taller, cuyo valor estaba a nombre de su papá.
Afirma que es inocente
De su lado, la defensa de Augusto César Ocón Hernández consideró que no hay nada que pruebe que él mató a la docente. Opinó que los medios de prueba presentados por la Fiscalía no son concretos. Por tanto, solicitó que se dicte una sentencia absolutoria.
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