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viernes, abril 19, 2024

Monseñor Nácher Tatay celebra primera misa como arzobispo de TGU

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Tegucigalpa, Honduras. Monseñor José Vicente Nácher Tatay celebró este domingo 26 de marzo su primera misa como VI Arzobispo de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, la más grande del país.

Nácher Tatay tomó posesión del cargo y recibió la ordenación episcopal ayer sábado, con la imposición de manos de su antecesor, cardenal Óscar Andrés Rodríguez, y demás miembros del clero. El hecho histórico tuvo lugar en la Basílica de Suyapa.

Tras recibir las riendas de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, el nuevo arzobispo presidió la santa eucaristía en la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, y dio inicio a las 8:00 de la mañana.

Monseñor Nácher Tatay
Monseñor Nácher Tatay dirigió su primer eucaristía como Arzobispo de Tegucigalpa en la catedral.

Hasta la catedral metropolitana en el centro de la capital, llegaron cientos de feligreses a acompañar a Monseñor y de la misma manera, un importante grupo de sacerdotes y religiosas.

Lea además: José Vicente Nácher se convierte en el Arzobispo de Tegucigalpa  

Homilía como VI arzobispo de TGU

Durante su primer homilía como Arzobispo, José Vicente Nácher Tatay hizo referencia a las lecturas y el evangelio de San Juan 11 del 1 al 45 que se le dio lectura en la eucaristía.

La tierra, sola sin más es un desierto, pero cuando se le añade agua y luz, aparece algo maravilloso que llamamos vida. Lo que ocurre en la naturaleza, también en el espíritu por el sacramento del bautismo. 

La arcilla primera de nuestra humanidad física es como aquellos huesos que encontró el profeta Ezequiel. En el bautismo ese sopló de vida nueva se da por el agua y el espíritu. 

Misa monseñor Nácher
En su ingreso a la Catedral Metropolitana de Tegucigalpa, el Arzobispo saludo la feligresía.

Estos domingos de cuaresma, como sabemos, la liturgia nos presenta nuevamente las catequesis del itinerario de la iniciación cristiana. Lo hemos escuchado en los temas, agua, luz y hoy, vida. 

A partir del nuevo nacimiento por el bautismo o la iluminación como nos proponía San Juan en el pasado domingo, se concreta la presencia de Dios en nosotros y de nosotros en Dios. 

El espíritu, segunda lectura, infunde en nosotros una nueva vida y nuestros huecos mortales. Esa nueva vida tiene vocación de eternidad, pero no esta exenta de fragilidad.

Santa Eucaristía
Los ornamentos en la eucaristía y la vestimenta sacerdotal es de color morado debido a la cuaresma.

Trascendencia y vulnerabilidad son dos elementos profundamente humanizantes. No tengamos miedo a nuestra trascendencia, no tengamos miedo a nuestra vulnerabilidad. 

A pesar de contar con un llamado tan alto, por el pecado caemos en lo que llamamos la muerte espiritual que queda simbolizada por este sepulcro cerrado en el que estaba Lázaro. 

La voz de Jesús 

Necesitamos escuchar la voz de Jesús, el amigo que se acerca a nuestra tumba como lo hizo en la de Lázaro y nos dice, «amigo, sal», sal de tu error, de tu miedo, de tu egoísmo, de tu incredulidad. Sal de tu pecado, despierta y vive. 

José Vicente Nácher
José Vicente Nácher Tatay se convirtió en el VI Arzobispo en la historia de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.

No camines más en la noche de tus apetitos desordenados, nos dice Jesús en esta cuaresma. «Conviértete para que puedas vivir en comunión con migo y con tus hermanos». 

Hay una pregunta que tal vez nos podríamos hacer, ¿a Lázaro que lo despertó?, ¿el grito de Jesús o sus lágrimas?, porque Jesús lloró, recordemos cuanto dura el efecto del grito sin la compasión de las lágrimas 

Salió Lázaro con las vendas de la mortaja, porque para todo, menos para Jesús Lázaro estaba definitivamente muerto, perdido. Jesús hace lo que solo él podía hacer, despertar a su amigo. 

Pero, es tarea de os presentes quitar las vendas y el sudario para que Lázaro pueda andar. Hay veces que Jesús perdona y rehabilita, pero le corresponde a la comunidad acompañar de la mano al que ha salido de la oscuridad para que pueda caminar junto a nosotros. 

Monseñor
Al nuevo Arzobispo lo acompañaron en la eucaristía varios miembros del clero, religiosas y seminaristas.

«No somos una comunidad de perfectos»

Nos recuerda que la iglesia es una comunidad, no es una comunidad de perfectos, sino de redimidos por el amor hasta el extremo de Cristo. 

Como decimos, el agua, la luz y la vida son catequesis bautismales que estamos escuchando en estos domingos. No está mal recordar que aunque haya agua y luz, no brotará vida nueva, sino hay un sustrato, un humus sobre la cual modelar la nueva existencia. 

Esa tierra somos cada uno de nosotros con toda nuestra condición humana, en la cual no solo se da una vida biológica, sino divina. Las lágrimas de Cristo que llora por nuestros pecados tiene el poder más grande y hermoso, la fuerza de la compasión divina por la que somos redimidos.

Tegucigalpa recibió con alegría y jubilo a su nuevo Arzobispo.

Apoyo en imágenes e información: Suyapa Medios. 

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