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viernes, abril 26, 2024

Medalla para Fidel

Debes leer

Oscar Aníbal Puerto Posas
El hombre más ilustre, universalmente considerado, se llama Fidel Castro. Mario Mencía, uno de sus biógrafos, en el libro “La prisión fecunda”, informa de la cantidad de libros más que leídos, estudiados por Fidel, cuando guardó cautiverio en la entonces Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud), luego de haber dirigido con audacia y con coraje, el asalto al “Cuartel Moncada” el 26 de julio de 1953.

Fidel es abogado por la Universidad de la Habana. El “cuartelazo” de Fulgencio Batista, lo llevó al terreno de la lucha armada. Que no había otra alternativa. Académicamente, pertenece a la promoción 1949-1950. Salido de la universidad, se dedicó a la práctica de la abogacía y al trabajo político, (su eterna pasión), en el Partido del Pueblo Cubano. Y después del 10 de marzo de 1952, a las tareas revolucionarias preparatorias de la insurrección armada popular que asumió con su descomunal capacidad de trabajo.

Gabriel García Márquez lo conoció de cerca y admiró esas actitudes extraordinarias en Fidel Castro. Al grado que decía que hubiera triunfado en cualquier actividad que hubiese desempeñado. No cabe duda de este aserto. Fidel es un genio.

Estando en la cárcel, leyó como desesperado. La variedad de sus lecturas es sorprendente, solo citaremos algunas. “Oratoria”, de Demóstenes (su afición al arte del convencimiento no es fortuita); “La rebelión de las masas”, de José Ortega y Gasset; “Teoría del golpe de estado”, de Curzio Malaparte. “Nuevos horizontes” y “Psicología de las multitudes”, del ya mencionado español Ortega y Gasset y de Tomás Moro: “Utopía”.

Lee “Cuba y sus jueces” de Raimundo Cabrera, “Contribución al proyecto de reforma penal”. “De la pena de muerte en materia política” de Guizot y la “Constitución de los Estados Unidos”; y lee, de Engels, “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, y la “Situación de la clase obrera en Inglaterra”. Pero también lee poesía: “Siete cantos”, “El lirio del valle”, “El ruiseñor y la rosa”, de Oscar Wilde y las obras completas de Homero.

Espíritu cosmopolita y de sensibilidad aguda, leyó las biografías de héroes extraordinarios: Martí –sobre todo Martí-, Bolívar por Stefan Zweig y la de un héroe contemporáneo: Luis Carlos Prestes (“El caballero de la esperanza”), esculpido en letra por Jorge Amado. Ilustramos al lector para que entienda que no es obra de la casualidad que Fidel Castro sea uno de los más completos y brillantes estadistas del siglo XX.

Honduras le enviará una medalla. Mucho ha hecho por nosotros: brigadas médicas para asistir a los campesinos durante los desastres naturales provocados por los huracanes Fifí y Mitch. Becas: 1,345 hondureños(as) han realizado estudios de medicina en la ELAM. Un número, no precisado, de profesionales en distintas disciplinas, han egresado de las universidades de la patria de Frank País y Menelao Mora. Fidel tiene un profundo amor por Honduras, desde lejos. Bien merecida tiene la medalla que le otorga el Congreso Nacional.

 

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