REDACCIÓN.- A paso lento, bajo un clima húmedo y caluroso avanza la caravana migrante que conforman cerca de 4,000 personas de diferentes nacionalidades (en su mayoría hondureños) que salió hace más de cuatro días desde la fronteriza ciudad de Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas, con destino a la capital de México.
Este éxodo migratorio es la quinta caravana que busca salir de Chiapas en los últimos meses. En el grupo viajan al menos mil menores de edad, mujeres embarazadas y adultos mayores según organizaciones mexicanas.
La mayoría de los caminantes son centroamericanos, principalmente originarios de Honduras, dijeron organizadores.
Los migrantes buscan llegar primero a la Ciudad de México, donde esperan poder realizar trámites que les permitan transitar regularmente por todo el país en las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) de la capital. Así continuarán su trayecto hacia Estados Unidos.
Hasta el miércoles los migrantes pretendían recorrer 21 kilómetros para hacer su cuarta escala en el municipio de Villa Comaltitlán, todavía en Chiapas.
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Inacción del gobierno mexicano
Organizadores de la caravana dijeron a Univisión que la caminata se debe a la inacción (falta de actividad o movimiento) del gobierno federal mexicano en responder a miles de solicitudes de asilo.
«Hay más de 95 mil personas en Tapachula de distintas nacionalidades, principalmente centroamericanos«, señaló Luis García Villagrán, director ejecutivo del Centro de Dignificación Humana A.C., una de las organizaciones que convocó la caravana.
«La gente está desesperada, tiene hambre, no tiene trabajo. Y cuando piden una cita ante la Comisión Nacional de Refugiados (COMAR) para iniciar el proceso de asilo, tiene que esperar de cuatro a seis meses. Cuando por fin tiene cita y presenta el caso, debe esperar otros cuatro o seis meses para que lo atienda el INM y le dé papeles y un permiso de trabajo. Mientras tanto la gente mendiga», expuso el activista.
La mayoría de los caminantes se concentraron desde el pasado viernes en la noche y durmieron a la intemperie.
«La mayoría son mujeres, hay más de 60 embarazadas, muchos niños y ancianos. Es la caravana de los más desvalidos de los más de 95,000 que están en Tapachula y que huyeron de sus países en busca de asilo», indicó el director de A.C.
Medidas cautelares para proteger a los migrantes
Según Univisión, poco antes que la primera jornada, del sábado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dijo que emitió «medidas cautelares» para proteger a los integrantes de la caravana en su trayecto desde el estado de Chiapas, donde se ubica Tapachula, hacia la capital.
La medida, dijo el grupo, se trata de una ayuda de carácter humanitario ante el probable uso de la fuerza para su contención. En el caso de efectuarse, «se realice en armonía con los principios de legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad».
Entre agosto y comienzos de septiembre, al menos cuatro caravanas de migrantes fueron detenidas por tropas de la Guardia Nacional de México y agentes de la Policía Nacional por salir de Tapachula sin autorización.
A cientos de detenidos los deportaron luego hacia una zona selvática de Guatemala y abandonados a su suerte. Todos ellos perdieron sus derechos de permanencia en México y sin oportunidad de proseguir viaje hacia la frontera sur Estados Unidos en busca de asilo.
Actuarán en apego a los derechos humanos
El CNDH dijo que los amparos obtenidos para unos 4,000 migrantes pueden ayudarlos en caso de que el gobierno use la fuerza pública para contenerlos. Además, durante su tránsito requerirán atención especializada y la provisión de satisfactores básicos en materia de alimentación, salud y seguridad”.
Respecto al tema, el canciller Marcelo Ebrard aseguró que iban a actuar «con prudencia» en apego a la ley y los derechos humanos.
Las autoridades mexicanas desplegaron en el sur a decenas de miles de efectivos militares, policiales y agentes migratorios. Desde hace años ningún grupo grande ha logrado salir caminando de los estados fronterizos con Guatemala.
Las caravanas de migrantes asomaron a principios de 2017 tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Miles de migrantes, principalmente originarios de Honduras, se organizaron a través de mensajes en redes sociales para caminar juntos rumbo a la frontera sur de Estados Unidos y pedir asilo.
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