Tegucigalpa, Honduras. La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, alertó a los militares sobre los cementerios clandestinos y casas de citas que están dentro de algunos centros penales del país.

Villanueva, a través de redes sociales, dijo que «si los modus operandi de los PPL han sido caletas en el subsuelo, cocinas, paredes, baños etc en las cárceles de máxima seguridad ojalá no se olviden de LOS TÚNELES DE TAMARA Y SIRIA, tampoco de los cementerios clandestinos de Siria y la casa de citas de Moroceli«.

Lo anterior, relacionado con el arsenal de armas encontrado dentro de las cárceles por los miembros de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), quienes se han hecho con el control de los centros penales en Honduras.

Asimismo, Villanueva denunció que en los primeros días de intervención en su gestión, por ejemplo, en Ilama, la propia Policía «no halló nada en las requisas que ejecutaron».

Fue hasta tres días después que encontraron caletas en el subsuelo, cocinas, paredes, baños, en las que encontraron algunas armas. Pero que con la intervención militar, se constata que habían muchas más, que no fueron detectadas, explicó.

Por su parte, un familiar de un privado de libertad denunció que «esas autoridades permitieron no solo el ingreso de armas y drogas, sino también, que el autogobierno de los privados de libertad se consolidara».

Si los modus operandi de los PPL han sido caletas en el subsuelo, cocinas, paredes, baños etc en las cárceles de máxima seguridad ojalá no se olviden de LOS TÚNELES DE TAMARA Y SIRIA, tampoco de los cementerios clandestinos de Siria y la casa de citas de Moroceli. NO + CORRUPCION pic.twitter.com/ODx5Zb6gXW

— Dra.Semma Julissa Villanueva B. (@villanuevasemma) June 30, 2023

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Corrupción en el sistema penitenciario

Según la denuncia de Villanueva, la corrupción penitenciaria llevó a que en Morocelí, una cárcel de máxima seguridad, operará una casa de citas.

Mientras tanto, esa situación no es nueva para varios jueces de ejecución. Estos afirmaron que fue notorio que se omitieron medidas y permitieron actividades para que los privados controlaran los centros.

De acuerdo a denuncias anónimas, los privados no solo tenían el control de negocios en las cárceles. Sino que también cobraban lo que llaman «la culebra» y son los que sancionan internamente.

«Es una pudrición, esa mezcla que hicieron de pandilleros con paisas no fue buena. Los paisas se volvieron víctimas de los pandilleros», afirmó un familiar de un privado de libertad.

Igualmente, señaló que cuando se da un nuevo ingreso a las cárceles, al que llega le cobran determinada cantidad.

«Llegan incluso a vender hasta las camas, por una cama pueden pedir de seis a siete mil lempiras», añadió el familiar.

Finalizó agregando que en ese negocio participan coordinadores y autoridades penitenciarias.

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