Redacción. Si hay algo que caracteriza a los hondureños es que nunca se rinden sin importar los obstáculos y prueba de eso es Rafael Villela, quien actualmente brilla en Estados Unidos como escritor.
Depués llegar a suelo estadounidense en 2019, Villela tuvo que pasar por varias dificultades que, lejos de desanimarlo, le sirvieron de combustible para alcanzar el éxito. Luego de casi cinco años de haber dejado atrás su país natal, Honduras, ahora está viviendo una gran etapa al publicar su libro Lágrimas de un estudiante sin límites.
El hondureño busca que el libro llegue a muchas partes del mundo y sirva para motivar a las personas, «porque no hay edad para lograr y cumplir los sueños».
Difícil decisión
Villela es originario de la comunidad La Playona, en el municipio de El Paraíso, departamento de Copán. Una temporada vivió en San Pedro Sula, cuidad que tiene un lugar muy importante en su vida.
«Antes de lograr el ‘sueño americano’, logré el ‘sueño sampedrano’, ya que trabajar en San Pedro Sula me sirvió de trampolín para llegar aquí con mi familia», puntualizó. Su deseo de migrar sucedió ante la falta de oportunidades para crecer y, sobre todo, por la extrema pobreza que golpea a Honduras.
A diferencia de otras personas que se van solas al país norteamericano, Villela tomó la decisión de irse con su familia. «Fue difícil, no sabíamos qué hacer en ese momento; muchos sentimientos encontrados. Los tres veníamos llorando, ya que no es fácil dejar a su familia, país y amigos para llegar a lugares desconocidos», le confesó a Diario Tiempo.
Una vez instalado en Estados Unidos, su primer trabajo fue de pintar casas, trabajo del cual se siente orgullo de haber hecho.
Orígenes del libro
El libro Lágrimas de un estudiante sin límites cuenta «una historia real vivida en Honduras. Tengo vocación para apoyar, pero es difícil apoyar a tanta gente, por lo que decidí hacer un libro para que el apoyo sea de forma global, con un aporte positivo», manifestó.
El hondureño inició sus estudios en 1981 en la Escuela Juan B. Guzmán, en Río Lindo. Se graduó en 2022 en la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH).
«Me gradué en el campus de San Pedro Sula a mis 50 años de edad. El proceso duró 24 años activos (no de forma consecutiva). Pero mi graduación fue aquí, en California, en una reunión por zoom con la terna evaluadora de la universidad, ya que cuando me vine en octubre de 2019 me faltaban 8 clases para terminar y las finalicé por la plataforma online», indicó Villela.
Lágrimas de un estudiante sin límites
Su libro fomenta la preparación académica y le sugiere al gobierno crear programas de alfabetización para adultos, así como fortalecer la educación con la creación de programas de becas para los alumnos de bajos recursos, entre otros aspectos.
«Mucha gente de Honduras que conozco compran el libro como un regalo para sus hijos que son estudiantes y me mandan fotos. Pero también personas hondureñas que viven aquí lo han comprado para que sus hijos aprendan a leer en español», manifestó.
Villela confesó que lo que más extraña de Honduras es a su madre y a sus hermanos, además de la comida. «Extraño mucho la comida, ya que la comida hondureña deja una huella imborrable en nuestro paladar, principalmente las baleadas, pollo con tajadas y la yuca con chicharron», afirmó.
Futuros planes
Villela afirmó en exclusiva a Diario Tiempo que si todo sale bien y con la bendición de Dios, el próximo año verá la luz su segundo libro. Así también aconsejó a las personas nunca rendirse y que siempre pongan sus planes en manos de Dios.
«Mi consejo es que busquen opciones en su país que se agarren de la mano de Dios. Él está en todos lados y es el dueño del oro y la plata; él tiene en abundancia para cada persona, pero hay que tener fe. Como seres humanos, la fe en algún momento nos falla», expresó.
«Migrar vía terrestre es muy peligro, pero muchos han tenido éxito y no han sufrido en el camino, incluso han comenzado una nueva vida; aunque otros no han sido afortunados y han emprendido viajes largos y peligrosos«, concluyó.