ESTADOS UNIDOS. Tras aguantar hambre, sed y soportar el dolor de haber perdido a su madre hace unos meses, Anderson, el niño hondureño que migró a EE.UU. fue expulsado a México junto a su padre.
El sueño de haber llegado a un país donde miraban una oportunidad de mejorar sus vidas solo les habría durado pocas horas.
Anderson, de 8 años, llegó la noche del martes a la localidad de Roma, al sur de Texas, después de atravesar el río Bravo en la balsa de unos coyotes.
Agotado y desconsolado contó entonces a Noticias Telemundo el sufrimiento y las carencias que había padecido durante el recorrido.
«Vengo aguantando hambre», explicó desbordado por las lágrimas, «no bebí agua, no dormí nada», dijo casi perdiendo el aliento.
Los expulsaron
Pero las autoridades estadounidenses le expulsaron al poco tiempo de llegar junto a su padre, Reinaldo, bajo las directrices del Título 42.
Esta regla, impuesta por el expresidente Donal Trump, restringe el derecho a pedir asilo en la frontera. Esto ocurre con el objetivo de frenar la llegada de inmigrantes indocumentados y evitar la propagación del COVID-19 cuando comenzó la pandemia.
Anderson y su padre fueron conducidos junto a otros inmigrantes bajo la lluvia al puente fronterizo McAllen-Hidalgo. Ahora se encuentran en la Plaza de las Américas de la ciudad mexicana de Reynosa, un campamento improvisado donde hay unas 3,600 personas, según Mari Luz Madrigal, una de las pastoras que coordina y asiste a los migrantes.
«Siento tristeza, no esperaba eso. Mi mente era positiva para estar al otro lado” de la frontera, contaba el padre a Noticias Telemundo el jueves desde Reynosa, mientras Anderson no dejaba de llorar.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza les tomaron las huellas, les hicieron fotografías y les requisaron la mochila en la que llevaban documentos y otras pertenencias antes de dejarles en el puente. “No me preguntaron absolutamente nada”, aseguró Reinaldo.
Ambos pasaron la noche en una banqueta bajo una carpa. “Desde anoche, al ver la situación acá [en Reynosa], que está tremendo, he estado llorando”, dijo.
Un futuro incierto
Ahora afrontan un futuro incierto, aunque siguen con la idea de encontrar la forma de cruzar a Estados Unidos de forma legal para tratar de dejar atrás sus penurias.
Su esposa y su hija fallecieron hace ocho meses por supuesta “negligencia médica” en Honduras .
Según su testimonio, la mujer fue diagnosticada de preeclampsia y tras varios días internada le practicaron una cesárea ante el peligro que corría. La bebé nació y la pusieron en una incubadora, sin embargo, ninguna de las dos sobrevivieron.
Su esposa no quería viajar nunca a Estados Unidos, pero él sí.
“Ya que hoy quedé solo con mi hijo y tuve la oportunidad de viajar, lo hice pero no resultó», explicó, «no resultó en el momento, pero sé que voy a luchar para poderlo lograr”, anexó.
Fuente: Telemundo.
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