AFP. Estados Unidos aseguró este lunes que América Latina y el Caribe se centran en combatir la trata sexual en deterioro del trabajo forzoso.
De acuerdo al informe anual sobre el tráfico de personas, Cuba, Venezuela y Nicaragua siguen en la lista negra.
Los migrantes solicitan asilo debido a que «son especialmente vulnerables a la trata con multas sexuales y al trabajo forzoso».
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En general, los países de las Américas «tienen un buen conocimiento de la trata con fines sexuales y responden a ella», sobre todo la que afecta a las mujeres, pero preocupa «los débiles esfuerzos dirigidos a combatir el trabajo forzoso», afirma.
Las inspecciones laborales «tienen autoridad limitada o nula para inspeccionar los lugares de trabajo del sector informal», especialmente a lo largo de rutas migratorias, señala.
Víctimas desprotegidas
La ineficiencia de las autoridades frente a la trata de personas deja a las víctimas desprotegidas en sectores como la agricultura, la minería, la explotación maderera, el transporte marítimo y los servicios, detalla.
El informe abarca 188 países y los divide en tres niveles en función del grado de cumplimiento de los estándares mínimos.
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Los Estados que integran la lista negra -«nivel 3»– pueden estar sujetos a restricciones en el acceso a programas de ayuda extranjera de Estados Unidos.
Washington sigue incluyendo en ella a Venezuela, Nicaragua y Cuba, con cuyos gobiernos mantiene una relación muy tensa.
El informe dedica un apartado al «trabajo forzoso» en el programa de exportación de mano de obra de Cuba.
«Leyes coercitivas»
Cada año el gobierno cubano envía decenas de millas de trabajadores, sobre todo médicos, profesores, artistas, atletas, entrenadores, ingenieros, técnicos forestales y casi 7 mil marinos mercantes a todo el mundo, recuerda el informe.
El gobierno del presidente Joe Biden condena las prácticas de reclutamiento y afirma que Cuba somete a todos estos trabajadores «a las mismas leyes coercitivas».
La Habana etiqueta a los trabajadores que abandonan el programa sin completarlo como «desertores» e indeseables. En consecuencia, les impide regresar a Cuba durante ocho años, teniendo en cuenta que aquellos que no regresan en 24 meses han «emigrado», con lo que pierden sus derechos.
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«Los sobrevivientes del programa han informado que el director de la misión cubana en el país los obligó a falsificar registros médicos y tergiversar información crítica», se lee en el informe.
Y pide a los gobiernos que utilizan los programas cubanos que «como mínimo» llevan a cabo «inspecciones laborales frecuentes y sin previo aviso».
«Cuba mantiene una política de tolerancia cero frente a la trata de personas. Continúa inclusión de nuestro país en informes unilaterales y arbitrarios de gobierno de EEUU solo pretenden mantener y justificar política criminal de asfixia económica contra el pueblo cubano», escribió.
Fuerzas afiliadas
En la lista negra del informe también figuran, entre otros, China, Irán, Corea del Norte, Rusia, Afganistán o Siria. Brunéi y Sudán la integran este año.
Cindy Dyer, al frente de la Oficina del Departamento de Vigilancia y Lucha contra la Trata de Personas, afirmó en rueda de prensa, que las autoridades rusas o sus fuerzas afiliadas «utilizaron la coacción, el engaño y, en algunos casos, la fuerza para reclutar a ciudadanos extranjeros, en particular migrantes de Asia central y meridional, así como ciudadanos de Cuba y Siria, para luchar en la guerra» en Ucrania.
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El informe 2024 examina además «el creciente papel de la tecnología digital en la trata», afirmó Antony Blinken, durante la presentación.
«Las redes de trata apuntan y reclutan víctimas en línea a través de las redes sociales», realizan «transacciones financieras en criptomonedas opacas» y «utilizan cifrado para dificultar la detección de sus actividades o determinar los países en los que operan», enumeró Blinken.