Hondureña salió en caravana: aguantó hambre, sed y estuvo encerrada en bodega

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Caravana hondureños

CORTÉS, HONDURAS. Estuvo dos meses encarcelada en México por tratar de entrar de forma irregular a EE.UU. Si bien es cierto que muchos lo han logrado, la compatriota Sarahí López es una de las miles de personas migrantes deportadas inmediatamente después de poner un pie en territorio estadounidense.

Originaria de Atlántida, Honduras, un día se dio cuenta que a inicios del 2021 saldría desde la Terminal de Buses de San Pedro Sula una caravana en busca del «sueño americano». Entonces, decidió viajar a la ciudad industrial y emprender la ruta migratorio con decenas de personas más.

Migrantes caminan cerca de las líneas férreas por donde transita «La Bestia».

Sus recuerdos

El camino no fue fácil, y al final, sí infructífero. Contó que la mayoría de hondureños en caravana eran jóvenes o menores de edad. Le tocó ver sufrir a muchos niños durante todo el recorrido. «Son los que más sufren en estas caravanas, porque les da mucha sed y el agua es poca«, relató López.

Injusticias, maltratos y violaciones a derechos humanos recordó Sarahí. «Vi cómo a una mujer hondureña su guía le robó su dinero», recordó con tristeza.

Durante su viaje, el «guía», o «coyote», les daba comida racionada, el líquido que ingerían también era poco. Y para no ser detectados por las autoridades migratorias, los mantenía escondidos en una bodega.

Trajo a memoria la situación que atravesaron una joven madre y su bebé. «La niña no quería comer lo que nos daban donde estábamos, porque la comida siempre es pésima. Luego de que su niña lloró casi 24 horas, ella nos comentó lo que pasaba, y entre todos reunimos algo de dinero para pudieran alguna otra cosa para comer».

Por otro lado, y en términos generales, Sarahí manifestó que «este es un camino duro, donde el que no puede seguir, lo dejan abandonado, y nunca más se sabe de él. Este es un recorrido donde se salva el que puede».

Migrantes en un centro de albergue en México.

Despertando del sueño

Sarahí López es una de las 136 personas que llegaron deportadas el 30 de abril. Con sus pertenencias dentro una bolsa de nylon, la joven volvió por la fuerza al país del cual huyó una vez.

Entre la cifra antes dicha, se contabilizaron 50 menores de edad no acompañados. En las últimas tres semanas de abril ya han ingresado alrededor de 300 niños y adolescentes. La cifra de migrantes retornados a nivel nacional en lo que va del 2021 es mayor en comparación con el año pasado, según información oficial del Gobierno de Honduras.

En lo que va del año, las estadísticas migratorias de la Dirección General de Protección al Hondureño Migrante indican que 1.343 menores han llegado al país provenientes, en su mayoría de México (1.157), Centroamérica (170) y Estados Unidos (16).

A estás alarmantes cifras se suman las aprehensiones por país realizadas en la frontera sur de Estados Unidos. Para el año fiscal 2021, Honduras ocupa el segundo lugar, con 11.949 detenciones de niños, superando esta cifra Guatemala, con 18.372, informó la agencia estadounidense Customs and Border Patrol.

A pesar de la pandemia, los hondureños siguen emigrando y México los sigue deportando.

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