TEGUCIGALPA, HONDURAS. En la homilía de la Santa Eucaristía de este domingo, dirigida por el Cardenal Óscar Andrés, se le recordó a la feligresía y al pueblo que Jesús es la fuente de vida y quien cree en Él vivirá plenamente.
La misa de este domingo se llevó a cabo en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa bajo estrictas medidas de bioseguridad por la pandemia del COVID-19. Los asistentes escucharon el mensaje de vida que esta escrito en el Evangelio según San Juan 15, del 1-8.
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«Yo soy la vid verdadera»
«El Señor se inspira en la alegoría de la vid, una imagen agrícola que era familiar en aquel ambiente de Palestina. Nosotros no conocemos mucho qué es una vid, la vid es un arbusto que tiene un tronco llamado cepa. Ahora ya estamos familiarizados con la palabra cepa, con este bendito coronavirus«, comenzó diciendo el Cardenal.
«Pues, ese tronco produce muchas ramas, que se llaman los sarmientos, y por eso el Señor le habla a su pueblo diciendo ‘yo soy la vid verdadera'», añadió el religioso.
¿Qué quiere decirnos el señor Jesús con esto? Toda vida viene de él y pasa luego a través de nosotros, pequeños sarmientos, para dar fruto, así como la savia circula por la vid y llega hasta los sarmientos, para poder producir uvas.
Todo sarmiento vivo, da fruto
«Eso nos advierte el Señor, todo sarmiento que está vivo, tiene que dar fruto, toda persona, todo miembro de la comunidad, todo miembro de la Iglesia está llamado a crecer y a vivir plenamente. El que no da fruto lo arranca, y al que da fruto, lo poda», aseguró.
De igual manera, el Cardenal resaltó que «en el Evangelio de hoy hay dos expresiones que se repiten, cada una, siete vece: permanecer, dar fruto. La intención fundamental es que hay que permanecer con Jesús para poder dar fruto. El que se separa de Jesús es como un sarmiento estéril, que no da ningún fruto».
«¿Qué es permanecer en Jesús? Permanecer en Jesús significa dejarnos impregnar por el Espíritu Santo, dejarnos amar por Él, que ninguna circunstancia de nuestra vida podrá hacer desaparecer», destacó.
Quien renuncia a Jesús, renuncia a vivir plenamente
Por otro lado, el Cardenal dijo que «el que renuncia a permanecer con Cristo, que es la fuente de la vida, renuncia a vivir plenamente y con un sentido. Cuando nos separamos de esta fuente sentimos que la vida ya no tiene gusto».
«¿Cuántos viven un vacío existencial? La vida viene de la cepa hacia los sarmientos, pero los sarmientos son necesarios para la cepa, porque, si no, no hay fruto. Quiere decir que el Señor nos necesita, claro que sí, nos necesita para que podamos verdaderamente comunicar amor, difundir el amor», recordó el religioso.
«Si permanecemos unidos al señor Jesús, entonces daremos fruto abundante. Por eso el Señor dice, «sin mí no pueden hacer nada, separados de mí, desgajados, no pueden dar fruto», enfatizó.
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