TEGUCIGALPA, HONDURAS. A criterio del analista político, Raúl Pineda Alvarado, el Foro Nacional de Convergencias (FONAC) no está facultado para realizar procesos de veeduría durante la emergencia nacional generada por el COVID-19.
«El FONAC no tiene facultades de veeduría, sino que cuando reforman su ley se limita a la función de asegurarse que el Plan de Nación y la Visión de país aprobada en el Gobierno de Porfirio Lobo se ha llevado a la práctica. Es decir, el FONAC no tienen ninguna facultad de control respecto al manejo de fondos o a la utilización de recursos», dijo Pineda.
Cabe recordar que el presidente Juan Orlando Hernández (JOH) anunció que invitó a la citada institución junto a Transparencia Internacional y el FOPRIDEH para que contribuyan como veedores de diferentes procesos, durante la emergencia.
Lo anterior, a raíz de constantes denuncias que la ciudadanía ha interpuesto en relación a presuntos actos de corrupción en la compra de insumos para atender la pandemia. Ejemplo de ello, es la compra de percoladoras, cuyo precio alcanza los 4 mil lempiras cada una.
A ello se le suma la adquisición de mascarillas tipo N95, la cual se cotiza en el mercado a L47.00, mientras que, en la rendición de cuentas del Gobierno, aseguran que las compraron a L190.00 cada una.
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Veeduría del FONAC, falta de ética
De acuerdo con el analista, los tomadores de decisiones en Honduras no se han dado cuenta que en el mundo se están dando cambios. Contrario a ello, «se han apartado de la ley», cuestionó Pineda, al tiempo que reiteró el caso del FONAC como ejemplo de ello.
En ese sentido, indicó que «la corrupción era esperable en este tipo de compras, pero el problema no es la corrupción, sino su nivel y la falta de visión ética en un momento tan crítico como el que está viendo el país».
A renglón seguido tomó como ejemplo la situación de El Salvador y Costa Rica. «Este último tiene tres muertos (por COVID-19) y no ha invertido la cantidad de recurso que invirtió Honduras».
Ante ello, considera que «el Gobierno de Honduras tiene un enorme reto. En algún momento la sociedad va a pedir respuestas y estas deberán ser persuasivas y convincentes».
Asimismo, sostuvo que «solo hay una salida, y es que el Gobierno de señales contundentes de no estar dispuesto a tolerar actos de corrupción en el tema del combate a la epidemia que está afectando a los hondureños».
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