Engels López
A diferencia de otros trimestres, este presenta la particularidad de encontrarse en el eje de un cuestionador proceso de reforma universitaria excluyente, y altamente marcado por una racionalidad económica (valor y costo educativo) y racionalidad instrumental (efectividad y cálculo educativo) el cual se ha convertido en el sustento material del actual proceso de reforma universitaria.
El problema en el actual proceso de matrícula, no solamente es esa relación funcional ante la falta de docentes, infraestructura, condiciones óptimas en el proceso enseñanza-aprendizaje, que permitan la calidad educativa. Ese problema, que además de ser coyuntural e histórico, hoy representa una manifestación de la crisis. ¿Dónde encontrar la exclusión estudiantil en torno a la matricula? ¿Bajo qué mecanismos institucionales se encuentra y se sustenta? ¿Que representa esta mutación para la comunidad estudiantil? Veamos algunos elementos que nos proporcionen pistas para comprender la nueva manifestación de la crisis de la reforma en la UNAH.
Como primer elemento tenemos la entrada en vigencia para toda la comunidad estudiantil el paquete de Normas Académicas aprobado por las autoridades.
Dicho paquete no es más que la inclusión del régimen académico de la UNAH a los estándares internacionales de educación. Decretos lesivos establecen un determinado porcentaje de ingreso y permanencia; traspaso de clases a periodos posteriores por su abandono; ajustes a la curricula que obliga la saturación de contenido soslayando actividades de investigación y extensión universitaria; y una serie de exigencias orientadas a fomentar el espíritu de calidad y eficiencia del estudiante en consonancia con los valores educativos de tan sugestionada internacionalización.
Como segundo elemento la nueva modalidad de pago de matrícula, relacional con las normas académicas. Esta modalidad (pago en el banco previo al proceso de confirmación de matrícula, antes se pagaba hasta tener notas registradas en la matricula), hecho que responde, según la estudiante Lucia Vijil (2015) “El Estado de Honduras, ha dejado de preocuparse por sus bienes públicos como es la UNAH y de esta manera somete a la misma institución a su descapitalización y desestructuración”. Con el recorte de presupuesto a la universidad, esta, se ve en la necesidad de prever la cantidad de circulante financiero disponible para racionalizar, por un lado, la contratación docente y por otro lado, el cierre o apertura de nuevas secciones: hechos que dejan al descubierto que la falta de liquidez financiera en la universidad se legitima con la exclusión financiera de cientos de estudiantes que no pueden pagar su matrícula en el tiempo establecido.
Como tercer elemento, la asimetría en el proceso de matrícula e inicios de clases. Valle de Sula y Choluteca, inician su jornada académica bajo un periodo intensivo. Decisión tomada por Consejo Universitario en justificación que estos centros fueron los que mantuvieron por más tiempo la toma de instalaciones en los recientes hechos ocurridos en la UNAH. Este hecho y su componente excluyente es la puesta en marcha de una política represiva de parte de las autoridades universitaria que deja establecido que los procesos de exclusión estudiantil también estarán determinados por las acciones de protestas estudiantil. ¿Que pasara con la planificación académica establecida en los planes de estudio? ¿Cómo quedan los procesos intra académicos en el proceso de formación? Excluir a estudiantes vía el argumento de la protesta estudiantil, parece ser el nuevo mecanismo a utilizar por las autoridades universitarias.
Los procesos de matrícula y permanencia en la universidad se vienen convirtiendo cada vez más en políticas académicas represivas que no permiten el avance integral del proceso de reforma.
