REDACCIÓN. En una reciente entrevista, Shin Fujiyama compartió su inspiradora historia, destacando su experiencia previa a su vida como influencer, donde tuvo que trabajar como aseador y lavador de carros para poder costear sus gastos universitarios.
En pláticas con Radio House, el altruista japonés explicó que antes de consolidar su fundación «Mil Escuelas» en Honduras, estudiaba en una universidad estadounidense, donde obtuvo un título de Asuntos Internacionales y Pre-Medicina.
Sin embargo, su vida no estuvo rodeado de lujos ni mucho más, el solidario influencer tuvo que sudar el dinero para su alimentación y estudios.
«Comencé a vender pan, galletas, lavar carros y también trabajaba para pagar los gastos. Yo era un aseador de la cafetería de la universidad», narró Fujiyama en la entrevista.
El filántropo extranjero contó que llegó a Honduras cuando aún era estudiante, como parte de un proyecto de clase donde tenía que visitar un país de escasos recursos de América Latina. Al conocer la cruda realidad de muchos hondureños, Fujiyama decidió ayudar a una pequeña población de El Progreso, Yoro, y comenzar con su compromiso con la educación de los niños.
Regresando a la universidad, Shin retomó su trabajo y estudio, sin olvidar su idea de ayudar a la población catracha. «En la mañana estudiaba, en la tarde hacía eventos para la fundación y en la noche trapeaba pisos. Y así trabajé muchos años», compartió.
Vea también: Entre lágrimas, Shin Fujiyama llega a la universidad y culmina su reto
Gran apoyo
Shin Fujiyama ha trabajado en proyectos de desarrollo comunitario. En estos se encuentra la mejora de infraestructuras locales, acceso a servicios básicos como agua potable y electricidad. Además de programas de capacitación para el empoderamiento económico de las comunidades.
Su primer aporte fue el proyecto para construir Villa Soleada en El Progreso, una colonia completa destinada a proporcionar vivienda digna a personas que vivían en condiciones precarias en los bordos.
Fujiyama tiene como meta construir mil escuelas, promoviendo y colaborando en la educación hondureña. Por ello, el influencer ha brindado acceso a materiales escolares, becas y programas educativos para niños y jóvenes de comunidades rurales.
Además, ha remodelado y construido varias escuelas. Al encontrarse con inversiones millonarias, Shin ha acudido a grandes campañas, como maratones, para recolectar dinero.
En su última carrera, Fujiyama corrió 250 kilómetros para reunir dinero a favor de la remodelación de la escuela experimental de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.