Redacción. Entre lágrimas, la madre de Richard Dávila, estudiante del Instituto Jesús Milla Selva al que asesinaron de forma violenta ayer jueves en la colonia Kennedy, en la capital, exigió justicia a las autoridades.
«Les pido a las autoridades que agilicen las investigaciones sobre el asesinato de mi único hijo. La muerte de mi pequeño angelito no puede quedar impune, ya que uno de sus mismos compañeros le quitó la vida de manera violenta», dijo la madre Margarita Nieto Palma para HNR.
Asimismo, la madre solicitó a los agentes investigativos que le brinden mayores detalles de las investigaciones correspondientes. A su vez, también hizo un clamor a las instituciones de los derechos humanos en Honduras.
«Si mi vida vale un tiro en la cabeza, como el que le dieron a mi hijo, por pedir justicia, pues ni modo, porque en este país no hay Ley, no hay justicia. Pido que la fiscalía de la niñez trabaje y se dejen de pajas los derechos humanos», dijo en medio de lágrimas.
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Por los momentos agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) se encuentran recabando todos los indicios necesarios para dar con el paradero de los malhechores que habrían asesinado a este joven.
«Richard Ávila era un niño bondadoso que no se metía con nadie»
De acuerdo con las declaraciones de Margarita Nieto, su hijo no tenía problemas con nadie, tampoco se llevaba en la calle, solamente salía de su casa para ir al colegio y «con la misma se regresaba».
«Mi pequeño Richard no caminaba en la calle ni haciendo cosas malas. De lunes a viernes se alistaba para ir a recibir sus clases. Incluso, los fines de semana sólo se dedicaba a realizar sus tareas, ya que siempre le gustaba llevar buenas calificaciones», dijo la madre.
«En la mochila de Richard todavía estaba su comida que yo le prepare y él no compraba alimentos, nada más que su agua o fresco. Por ende, todo apunta que a mi hijo lo sacaron del instituto para luego matármelo», mencionó la madre.
Finalizando, la señora pidió a la Secretaria de Educación que refuercen la seguridad de todas las intuiciones públicas del país, incluyendo la del Instituto Milla Selva, para que no sigan ocurriendo este tipo de crímenes.
