Redacción. El arte es un don y expresión que pocos tienen, pero que sin duda logra sorprender a las grandes mayorías, puesto que los artistas transforman con sus propias manos obras inmemorables y llenas de sentimiento.
Honduras es un país que ofrece pocas oportunidades a los artistas, pero pese a las limitaciones, muchos luchan contra viento y marea para cumplir sus anhelos y mostrar al mundo su talento.
Tal es el caso del Lucas Guerra, quien desde que era muy joven se sintió atraído por el dibujo, transformando lienzos en obras de arte , que reflejan temas sociales y de realidad nacional.
Lucas, de 24 años de edad, pese a los obstáculos en su camino ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Tegucigalpa, donde aprendió a ver el arte con otros ojos, explotando cada una de sus técnicas.
Habló en exclusiva con Diario Tiempo, para contar más de su historia de vida y cómo nació su amor por el arte; su trayectoria entre lienzos, pinturas y pinceles.
En fechas recientes, presentó en una galería de Bellas Artes su primera exposición, denominada «Sin Rumbo», donde plasmó varios escenarios sociales que se viven en Honduras.
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¿Dónde nació Lucas Guerra?
Soy originario de Tocoa, Colón, pero me crie en Puerto Lempira, Gracias a Dios, desde los 4 años hasta los 12 años de edad; casi toda mi infancia. Actualmente resido en Tegucigalpa, porque estoy realizando mis estudios.
¿Cómo llegaste a Tegucigalpa?
Llegue a la capital porque iba con la idea de entrar a la Escuela Nacional de Bellas Artes, entonces a los 16 años viajé desde Tocoa.
¿De dónde surge tu amor por el arte?
Fue todo muy rápido, en 2014 escuché de unos cursos por medio de la iglesia Católica, eran de dibujo. Previo a eso, nunca me había interesado, ni dibujaba tanto cuando estaba pequeño, simplemente me llamó la atención y entré a los cursos.
Estos cursos se impartían dos veces a la semana y dos horas cada día. A partir de allí vi a una persona que era muy buena dibujando; sin embargo, sus trabajos iniciales eran muy similares a los míos cuando yo apenas comenzaba.
Entonces, me propuse como meta ver hasta dónde podía llegar y me ponía a dibujar todos los días. A finales de 2014 ya dibujaba un poquito más, el curso solo duró dos meses.
Ya en 2015 seguí Ciclo Común en el colegio y empecé a participar en concursos de dibujo. A finales de ese año cumplí la meta que me había puesto: dibujar un rostro idéntico, no lo logré, pero se parecía bastante.
Con los concursos en los que participé, allí, en el colegio donde estaba, hubo una maestra que se interesó en mi trabajo y me habló de la Escuela Nacional de Bellas Artes.
¿A qué edad diste sus primeros pasos en el mundo del arte?
Se podría decir que a los 16 años, cuando entré en Bellas Artes. Porque fue allí donde cambió por completo mi ideología; ya que antes de eso yo solo tenía ideas de hacer los rostros iguales, pero no tenía mucho concepto sobre el arte.
Entonces, a partir de allí uno empieza a crear más, con fines de ponerle una temática a cada obra y tratar de que se convierta en una obra de arte.
Algo que nos enseñan en Bellas Artes es que si un retrato o alguna obra que haga una persona sin un tema, ni nada que tratar, no es una obra de arte. Es por ello que a uno le cambia la manera de pensar.
Háblanos de las dificultades y obstáculos que has enfrentado
Son un montón. De hecho, recientemente hice dos exposiciones individuales de arte y en todos esos eventos no logré vender nada, ni recuperar lo que invertí en los materiales y las obras allí las tengo.
Sí me han llamado de otros espacios para poder exponerlas, ya en el futuro espero que más de alguna se venda, pero sí es uno de los obstáculos.
Cuando empecé y no había hecho exposiciones de arte, lo difícil era entrar a realizar las exposiciones, porque hay bastantes personas que tienen experiencia, pero por mucho que uno pregunta, ‘¿qué debo hacer?’, ‘¿cómo puedo exponer?’, ‘¿a qué galerías acudir?’ para que ellos le den la oportunidad exponer, no lo hacen, y dicen que es por falta de experiencia.
¿Cómo se dio la oportunidad de la exposición «Sin Rumbo»?
Pues hay un maestro que se llama Gabriel Zaldívar, muy reconocido, de hecho. Yo hablé con él que quería hacer una exposición de pintura individual y le consultaba a él sobre todas mis propuestas.
Estábamos pensando en un espacio y como él es el encargado de Bellas Artes de las actividades y por eso me propuso que allí se me podía brindar el espacio, y así fue surgiendo.
Solo que, me dieron nada más dos meses para hacer la propuesta, algo que no suele pasar muy a menudo, pero logré presentarla en ese tiempo. Fueron al rededor de 28 obras las que hice.
¿Cómo te sentiste al tener tu exposición y ver tus obras en Bellas Artes?
Bueno, al final a mí no me interesó eso de que no se hayan vendido, pero sí el hecho de que mi propuesta, la estaba viendo bastante gente, porque después de que se realizó el evento la siguen visitando.
Eso me ha hecho sentir muy bien y con la gana de seguir enviando propuestas a otros lugares a ver si las aceptan para seguir exponiendo.
¿Qué propuesta tomó y te inspiró para «Sin Rumbo»?
Son temas sociales más que todo, la violencia doméstica, el abandono de los ancianos, asesinatos. Hay de hecho una que tiene que ver con las huelgas en Honduras y lo que conllevan, que son muertes y problemas.
¿Cuál es la técnica que prefieres utilizar?
La pintura, generalmente es la que más trabajo, una porque padezco de asma y otras técnicas como la escultura, talla en madera, llevan materiales tóxicos y eso me dificulta trabajar con ellas.
Es por ello que prefiero la pintura con óleo o acrílico sobre telas, sobre lienzos.
¿Crees que se tiene que apoyar más el arte en Honduras?
Si, se necesita bastante, porque hay muchos jóvenes que están intentando hacer sus exposiciones, queriendo sobresalir, vivir de esto y pues de dificulta.
La ventaja que yo he tenido en este caso es que me he metido en el tema de las redes sociales y no me ha ido tan mal, y así he logrado vender trabajos por encargos y me ha dado estabilidad para hacer mis obras .
¿Esperas seguir pintando y presentar tus obras en otros países?
Sí, claro, de hecho después de la exposición que hice había salido una propuesta para México, pero fue una patraña, estaba emocionado que iba a salir del país, pero no se pudo.
La idea es seguir exponiendo cada año, dos o un mínimo al año, ya ver con el tiempo que pasa.
¿Qué significa para ti Bellas Artes?
Inolvidable la verdad, porque le enseñaron todo el concepto, técnicas del arte, demostró que es la mejor la oportunidad que tuve para desarrollarme e iniciar una carrera artística.
¿Cuál mensaje darías a los artistas nacionales?
Es difícil, porque hay personas que cuando no ven mucha validación de los que ven el trabajo, allí agarra miedo o pena y por eso dejan de trabajar. En ese caso, aunque me dijeran lo que me dijeran, yo seguiría creando.
Hasta el momento hay comentarios negativos, a los cuales no les pongo mucha atención y más que todo es mantenerse constante, tener un propósito, saber lo que uno quiere y trabajar, porque en cualquier momento va a llegar el tiempo.
Esto es algo que muchos jóvenes no hacen, se desaniman antes, entonces tal vez hacen algunos trabajos, no les va muy bien y allí lo dejan. Yo los invitó a que sigan trabajando duro y Dios primero llega el momento.
Así como Lucas, son muchos los hondureños que luchan por sus sueños a través del arte y esperan que los reconozcan tanto en el país, como fuera de él. De manera que, claman por más apoyo a las autoridades.