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viernes, noviembre 22, 2024

Julio Tróchez, pasó de vender lácteos en el metro de España a empresario

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REDACCIÓN. El hondureño Julio César Tróchez abandonó su país en busca de mejores oportunidades para él y su familia. Su valentía, esfuerzo y dedicación hizo que tomará la decisión de seguir sus sueños a pesar de todas las adversidades. 

El compatriota nació en Tegucigalpa, pero sus parientes más cercanos tienen raíces olanchanas. Sin embargo, su trabajo arduo luego que decidiera irse a España lo ha convertido en un digno ejemplo de que vale la pena luchar por lo que los corazones más anhelan. 

Tras su llegada al país europeo, Trochez se subía a los metros, medio de transporte más común en esta nación, para ofrecer productos hondureños, específicamente lácteos. 

Ahora vestido muy bien y con las carencias atrás, el hondureño no olvida cuáles fueron sus orígenes y sus raíces catrachas

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Infancia 

A pesar de haber nacido en Tegucigalpa, el compatriota creció en el departamento de Comayagua junto a su madre y a sus hermanos. 

“Mi infancia fue un poco difícil. Vengo de un hogar desintegrado. Viví solo con mi madre y a ella le tocó criar cuatro hijos. Ella lo máximo que podía suplir eran las necesidades, pero había carencias”, afirmó. 

Del mismo modo, el emprendedor reveló a Diario Tiempo que la situación económica era difícil. No obstante, no dejaron de tener un plato de comida gracias al esfuerzo de su madre. 

Emprendedor hondureño
Tróchez llegó a España en busca de mejores oportunidades.

“Fue de las mejores infancias. Fui un niño feliz a pesar de las carencias, fue una infancia muy bonita. Tengo miles de buenos recuerdos. Gracias a Dios no tengo ningún mal recuerdo”, expresó. 

A pesar de que su sueño cuando era niño era ser juez, Julio se dio cuenta que su camino lo llevaba a otra dirección y que se convertiría en su enorme propósito. 

“El paso de emprender aquí en España yo lo hice desde que llegué. Yo vendía mantequilla en metros, hacía entregas a domicilio también. Vendía productos de nuestro país. Incluso en Honduras, siempre tuve ese espíritu vendedor”, destacó. 

El hondureño relató en la entrevista que desde muy pequeño ayudó a su mamá en sus propios emprendimientos. 

“Tenemos muchos emprendedores en mi familia. Mi mamá viajaba a El Salvador cuando todavía existían los colones para traer mercadería”, manifestó. 

Emprendedor hondureño
El emprendedor señaló que los primeros seis meses fueron los más difíciles.

Emprender en otro país no es fácil 

En este sentido, Julio explicó que emprender en otro país no es fácil como lo muestran las redes sociales, requiere de mucho esfuerzo y trabajo. 

“Siempre se puede. Si el negocio es rentable, siempre se puede emprender. No es fácil el comienzo, pero se puede lograr. Yo empecé gracias a Dios porque me quede sin un trabajo”, reveló. 

El hondureño señaló que la vida le brindó la señal de que era tiempo de convertirse en su propio jefe. 

“Lo más difícil es el comienzo. Al inicio tenía mucha inseguridad porque es normal. Uno está acostumbrado a tener algo mes a mes y saber con cuánto cuenta para suplir las necesidades de ese mes”, expresó. 

El emprendedor señaló que uno de los retos más grandes se presentó durante los primeros seis meses. Debido a que tenía que informarse sobre el tema de impuestos que se requerían en España para operar legalmente. 

Emprendedor hondureño
Tróchez comenzó vendiendo lácteos en el metro de España.

Ejemplo

Con mucha humildad, el hondureño reveló que no le gusta poner su historia de ejemplo, aunque las personas que lo conocen lo usan para demostrar cómo el trabajo honesto siempre tiene recompensa. 

“A mí no me gusta ponerme de ejemplo. Muchas personas aquí me ven como ejemplo. Yo el consejo que le daría es que lo intenten. Algo que admiró de aquí es que hay personas de diferentes países”, indicó. 

En este sentido, Julio compartió con Diario Tiempo uno de los momentos más especiales que su negocio pudo otorgarle. El hondureño recordó con nostalgia como su familia vivía en una vivienda alquilada en Honduras. 

CATRACHO EJEMPLAR Julio Tróchez
El hondureño comentó que siempre tuvo un don para el emprendimiento.

“Lo más satisfactorio fue comprarle la casa a mi mamá. Ese no solo es un momento satisfactorio en mi emprendimiento, sino de mi vida. Eso fue algo maravilloso, el hecho de haberle dado en vida una casa a mi viejita”, explicó. 

Julio invitó a todas las personas que sueñan en ser su propio jefe a no abandonar sus proyectos y persistir en la lucha a pesar de las adversidades. 

“Con fallar no se acaba el mundo. Siempre un error, prueba, ensayo. Yo a veces digo que los tiempos de Dios son perfectos. Pero, a veces yo digo que lo tuve que hacer más antes”, resaltó. 

Además, el emprendedor explicó que el miedo no debe ser más grande que las ganas de salir adelante. 

CATRACHO EJEMPLAR Julio Tróchez
El hondureño agradece a Dios todas las oportunidades que le ha otorgado.

La historia de Julio demuestra que no existen límites para las personas que tienen un enorme deseo en su corazón. Darle una mejor calidad de vida a su familia hizo que este compatriota trabajará sin parar hasta convertirse en un empresario del que puede sentirse orgulloso.

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