CORTÉS, HONDURAS. Y bueno… llegó el Covid-19 a Honduras y junto a él, también, una aparente histeria colectiva de la ciudadanía que, en su afán por abastecerse de bienes necesarios para la prevención del virus, en realidad se expuso a la enfermedad que intenta evitar.
Hoy, ante el anuncio del Gobierno de Honduras de dos casos confirmados en el territorio nacional, los habitantes de las principales ciudades del país abarrotaron los supermercados en busca de insumos, pues existe el temor de que más adelante, la situación se agrave, y que, por lo tanto, se deban tomar medidas drásticas en el país, como, por ejemplo, restringir el flujo de personas en las calles, lo que impediría realizar labores cotidianas con normalidad.
Pero una recomendación básica de la Organización Mundial de Salud (OMS) para evitar la propagación del coronavirus es no estar en lugares donde hay muchas personas. Y la razón de esto es que, aunque los pacientes sospechosos estén en cuarentena, en la muchedumbre puede haber personas asintomáticas, es decir, que estén contagiadas pero que no lo parezcan. Y dicha recomendación de la OMS, los hondureños la pasaron por alto.
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¿Pánico por Covid-19?
En ese sentido, en redes sociales comenzaron a circular vídeos y fotografías de cómo, en el caso de San Pedro Sula, PriceSmart estaba absolutamente lleno, tanto adentro del supermercado, como afuera, pues habían personas, con carretas en mano, haciendo fila para ingresar y hacer su compras. Algunos, incluso, con tapabocas. Y eso no es todo, pues una extensa línea de automóviles aguardaba su ingreso al estacionamiento.
Entre todo el material que se difundió por el internet, destacó un vídeo de tan solo siete segundos. En este se mostró cómo algunas personas tomaban artículos no necesariamente de las góndolas, sino que hurgaban dentro de las cajas de productos sin exhibir y se los llevaban.
Otro clip dejó en evidencia las filas de personas esperando para pagar que se extendían a lo largo de todos los pasillos.
Estantes vacíos
A eso de la 2:00 de la tarde, al fin la clientela disminuyó en cantidad, y esto ayudó a ver cómo quedaron los estantes del supermercado luego de, como se dice en el lenguaje popular, «la barrida» de productos.
Y en efecto, aunque no es su totalidad, sí fue evidente que algunos estantes, góndolas y refrigeradores quedaron como si de Navidad o Año Nuevo se tratara.
