AFP. «Se acabó». La reconciliación entre los príncipes William y Harry, los dos hermanos más famosos del Reino Unido, parece imposible tras la cascada de revelaciones filtradas sobre la relación rota entre el futuro rey y su hermano menor.
Pocos días antes de la publicación, el 10 de enero, de las memorias de Enrique, un libro de más de 500 páginas titulado «En la sombra» en español, algunos extractos publicados por los medios exponen sin filtro alguno la ruptura entre los dos hijos de Carlos III y la difunta Diana.
Harry, que ahora tiene 38 años, llama a William, dos años mayor que él, «hermano querido y archienemigo». Afirma que llegaron a las manos en 2019 y que entonces Guillermo «le tiró al suelo».
«En el Reino Unido, los rumores de disputas en el seno de la familia real no son nada nuevo, pero nunca de esta magnitud», explica Craig Prescott, experto constitucional de la universidad galesa de Bangor. «Parece que la relación entre los príncipes Enrique y Guillermo se ha roto una y otra vez sin remedio, al menos por el momento», agrega.
Diana estaría «triste»
En una entrevista que se emitirá el lunes en Estados Unidos, Harry admite que su madre Diana estaría «triste» al ver cómo se ha tensado la relación entre sus dos hijos. Y considera que ella sabría que «hay ciertas cosas que deben solucionarse para sanar la relación».
Según fragmentos del libro hechos públicos, el duque de Sussex habla de su frustración por haber crecido como el «repuesto» cuando su hermano, «el heredero», era preparado para convertirse en rey.
Durante mucho tiempo William y Harry aparecieron muy unidos a ojos del mundo. Hay imágenes que permanecen, como la de los dos adolescentes caminando cabizbajos tras el ataúd de su madre en 1997.
También están las anécdotas inimaginables hoy en día: en 2011, para la boda de su hermano, se dice que Enrique pronunció un discurso tan emotivo -llamando a William «el hermano perfecto»- que hizo llorar a su novia Catalina.
Pero todo eso «se acabó», titulaba el viernes el diario británico Daily Mirror, mostrando en portada una foto de los dos hermanos en 1989, en la que un Harry de cinco años mira a su hermano mayor con admiración. «Has vendido tu alma, Harry», le acusaba por su parte el Daily Express.
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«Reconciliación»
Cuando las desavenencias estallaron en 2020 con la repentina salida de Harry y Meghan -mestiza estadounidense con la que se casó en 2018- de la familia real, aún se desconocía el alcance de los daños.
La ruptura se consumó un año después. La pareja, ahora afincada en Estados Unidos, acusó a la realeza de insensibilidad y racismo en una impactante entrevista televisiva.
«No somos una familia racista en absoluto», respondió airado William, que junto a Catalina cultiva la imagen de una pareja con un impecable sentido del deber, mientras la muy influyente prensa sensacionalista británica fustiga el comportamiento de Enrique y Meghan.
Desde entonces, las imágenes de los dos hermanos juntos han sido escasas.
William, Harry, Catalina y Meghan volvieron a aparecer juntos en público en septiembre en Windsor tras la muerte de Isabel II.
Pero esta imagen altamente simbólica, la primera en dos años y medio, no engañó a nadie. Pocos días después, los duques Sussex fueron relegados a la segunda fila en el funeral de la monarca.
Enrique repite ahora que quiere dar a conocer su «verdad» sobre lo ocurrido.
Y decidió no quedarse en la relativamente suave serie documental de seis horas estrenada por Netflix en diciembre, en la que él y Meghan saldaron sus cuentas con los medios y la familia real. El duque ya contó en ella que su hermano mayor le había gritado durante una reunión sobre su salida de la monarquía.
Sin embargo, asegura que quiere «reconectar» con su hermano y su padre. Considera que la pelota está ahora en su tejado y no descarta asistir a la coronación de Carlos III en mayo.
«Pueden pasar muchas cosas hasta entonces», dice en una entrevista al canal británico ITV. Lo que no está claro es si será invitado.