Tegucigalpa, Honduras.- Juana Leticia es una señora de 64 años de edad, quien denunció que su hija mayor le destruyó la casa, luego de que la disputaron en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La señora ganó el caso. Se trata de una vivienda ubicada en la Colonia 3 de Mayo, en Comayagüela, del Distrito Central. La mujer de tercera edad contó que hace 10 años su hija mayor la corrió de la casa, luego de que la maltrató, sobre esto presentó varias denuncias.
Desde entonces, Leticia anda deambulando buscando dónde vivir, mientras su hija junto a su esposo se alojaban en su casa de habitación. En ese sentido, la señora de 64 y su hija se fueron a juicio por la vivienda, pero la casa y recibos estaban a nombre de Leticia, por lo que, las autoridades judiciales fallaron a su favor.
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Tras el fallo del juez, doña Leticia le pidió a su hija que le entregara la vivienda, a lo que se estaba oponiendo y quería desalojar hasta el lunes 7 de agosto, pero no se lo permitió. Es por ello que, llegó este jueves a tomar posesión de su casa y evitar que continuarán residiendo en el lugar.
Al momento que llegaron a la casa de habitación, se percataron de que ya no contaba con puertas, ventanas, cables de electricidad, sanitarios y otros accesorios.
Juana Leticia reveló para HCH que los vecinos estaban contra ella «por reclamar mi casa». «A todos los vecinos les aclaro que legalmente la casa es mía, no le he quitado la casa a mi hija, reclamo lo que es mío. A mí me han costado mis cosas y aclaro a todo el barrio para que la gente no me mire mal», expresó.
«Ella se apena de mí»
Por otra parte, Juana Leticia reveló que ella trabajó lavando y planchando ropa a lo largo de su vida y que su hija mayor fue la única que tuvo el privilegio de estudiar en instituciones privadas.
«Ella se apena de mí, yo nunca les hice daño, trabajé para que estudiara, ella estudió en colegio privado, di mi vida por ellos. Ahora ella se avergüenza de mí solo porque padezco de epilepsia», dijo.
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Y agregó que «ella me ha negado varias veces, ha hecho quince años y nunca me pone como madre, pone en mi lugar a los vecinos y a mí me deja de menos. No sé por qué le da vergüenza, no tengo ninguna ficha en ningún lado».
Para concluir, la señora portaba consigo la documentación que acredita que la vivienda le pertenece.
