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viernes, abril 26, 2024

Estudiante de biología emprende y paga sus estudios vendiendo creativas tazas

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. «Mi Sol Artesanías» es el emprendimiento de Ingrid Soler, una estudiante de biología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), que puso su imaginación a volar y emprendió para pagar sus estudios.

De un detalle al emprendimiento

El 2018 fue un año difícil a nivel personal para Ingrid, quien confiesa que tuvo algunas crisis de ansiedad. En virtud de ello decidió matricular la clase optativa de Arte Mesoamericano, donde la estudiante esperaba poder divagar su mente y alejarse de los problemas.

“En esa clase aprendí las técnicas básicas para hacer mis tazas”, recuerda Soler. De igual manera relata que al finalizar el curso hizo una taza que gustó mucho a sus amigos, quienes le recomendaron hacer más y venderlas.

La estudiante confiesa que todo comenzó como un pasatiempo y además deseaba darle un detalle a una amiga que quería una.

Un año más tarde, la además fanática del rock ochentero en español, decidió comenzar a emprender con su talento. Su objetivo era correr con los gastos de las expediciones de campo y proyectos de su carrera, además de ayudar con algunos gastos en casa.

“Al inicio probé porque necesitaba para mis estudios e investigaciones de campo. Comencé publicando las que había hecho para amigos y anuncié que podía hacer para otras personas a su gusto”, recuerda.

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Una cucharadita de amor en cada taza

Los clientes siempre reciben el trabajo de Ingrid con una gran sonrisa.

Soler cuenta que le gustaría que las personas que compren su trabajo, lo hagan porque gustan de su arte y no solo por apoyarla. Ella asegura que encuentra felicidad en cada persona que sonríe al recibir una taza.

“Siempre estudio mucho al cliente y trato de meterme de lleno en la esencia del personaje o paisaje que me piden. Por ejemplo si me piden sobre un cantante, escucho la música de ese artista mientras elaboro la taza”, cuenta.

De igual forma, relata que ya ha realizado 51 tazas de colores y diseños diferentes y cada una tiene su proceso especial. Asimismo, explica que la mayoría de tazas que le han pedido son con diseños alusivos a la fauna, lo cual dice que le encanta.

La pandemia, un respiro y reagrupación de ideas

La integrante del Colectivo Artístico Cultural, dice que la pandemia le permitió concentrarse en sus clases y poder reagrupar sus ideas para sus tazas.

“Tuve que frenar la venta de las tazas ya que no había tanta libertad como la hay ahora, entonces estuve de lleno con mis clases”, afirma.

En ese sentido, Soler dice que el tiempo de paro le vino bien, ya que tenía muchos encargos uno tras otro, y eso le impedía dedicarle el tiempo deseado a su trabajo. “Cada trabajo debe llevar tiempo y dedicación, no solo hacerse porque sí”, añade entre risas.

La estudiante relata que hace su trabajo en la intimidad de su hogar, sin embargo tiene encargos que van fuera de Tegucigalpa.

Además cuenta que cada taza llega a las manos de un cliente entre 8 y 15 días después del encargo. Lo que más tarda es el tiempo de secado.

Por último, Ingrid pide a los jóvenes emprendedores tomar el riesgo e intentarlo. “Siempre digo, solo hazlo. Se debe intentar y experimentar las veces que sean necesarias. Una vez que se identifica lo que te apasiona ya se ha avanzado gran parte del camino”, concluye.

Si una persona desea comprar una de sus tazas, maceteras u otro trabajo con arcilla puede contactarse al +504 8936-2193. Además puede hacer en sus encargos en las páginas Mi Sol Artesanías o misol_artesanias.


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