Tegucigalpa, Honduras. El desempleo en Honduras se ha convertido en uno de los principales factores que motivan a miles de connacionales a abandonar el país rumbo a Estados Unidos (EEUU) en busca del «sueño americano», en busca de mejores oportunidades.
De acuerdo a datos de la Patrulla Fronteriza de EEUU (CBP por sus siglas en inglés), desde que inició el gobierno de Joe Biden en 2021, más de 625 mil hondureños han ingresado a la nación norteamericana de manera irregular.
La cifra crece cada día, debido a que hondureños y sus núcleos familiares abandonan el país en «caravanas», cuyo punto de reunión y partida dejó de ser San Pedro Sula, pues ahora lo hacen desde Guatemala, según expertos consultados por Diario Tiempo.
Entre los factores que influyen en la migración, que van de la mano con el desempleo y la consecuente falta de oportunidades, están la inseguridad y la desigualdad. Algo que queda evidenciado en la alarmante cantidad de homicidios registrados en el país, así como la cada vez más creciente extorsión y la criminalidad organizada.
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En su mayoría, quienes migran son jóvenes de entre 17 y 30 años de edad, a quienes resulta imposible encontrar un empleo que les permita desarrollarse plenamente junto con sus familias. Situación que los obliga a emprender una ruta migratoria llena de peligros y con un destino incierto.
Desempleo
El desempleo sigue siendo uno de los principales problemas de Honduras. En la actualidad, 3 millones 132 mil hondureños de los 9.5 millones que habitan el país tienen problemas para encontrar un trabajo.
A esto se suman los 2 millones 468 mil 551 hondureños que laboran en el subempleo y los 840,849 que directamente están desocupados.
Son los jóvenes entre 15 y 29 años de edad los que representan la tasa de desempleo más alta, con un 13.2% hasta 2021. Entre tanto, los hondureños de entre 30 y 59 años suponen el 5.4% del desempleo, y los mayores de 60 años representan un 6.7%, según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP).
En Honduras, unos 3 millones 664 mil habitantes tienen empleo y, en su mayoría, tienen edades comprendidas entre los 30 y 59 años. Esto en distintas modalidades, entre ellas a medio tiempo, tiempo completo o en el sector autónomo.
Sin embargo, 3.3 millones de hondureños, en su mayoría jóvenes no cuentan con un trabajo. Hasta octubre de 2021 los desempleados representaban el 8.6% de la fuerza de trabajo.
El problema del desempleo se centra en las áreas urbanas, algo que deriva de la creciente migración de personas de las zonas rurales.
Migración creciente
Itmania Platero, experta en temas migratorios y defensora de derechos humanos, detalló a Diario Tiempo que la migración sigue creciendo en Honduras. Y esto se da por los temas ya mencionados: la inseguridad y el desempleo, que día a día están en constante aumento.
Platero señaló que, pese al estado de excepción parcial imperante en el país, no hay una baja del índice de homicidios ni en la extorsión, por lo que muchos hondureños se ven obligados a cerrar sus negocios y migrar a otros países, principalmente EEUU.
En tal sentido, Platero recordó que «no hay mecanismos de protección para las víctimas de la violencia, quienes temen a denunciar debido a las constantes amenazas que reciben de grupos organizados, por ello prefieren salir del país».
Otro de los factores que remarcó la experta es que las autoridades no ponen interés ni invierten en la generación de nuevos empleos. Al mismo tiempo que existe una alta carga tributaria que provoca que cada vez más empresas cierren.
«Las pequeñas empresas están muriendo. Hay altos impuestos y deudas de parte de los dueños, al no poder pagarlas se ven obligadas a salir del país», expuso Platero.
De igual manera, la experta señaló que la migración sigue presentándose, mayoritariamente, en núcleos familiares. Es decir, que las personas no abandonan el país solas, sino que lo hacen acompañados de otros miembros de su familia, entre quienes suele haber incluso menores de edad.
No hay un control
En cuanto a las últimas situaciones, donde se han identificado a hondureños hacinados en camiones abandonados en medio de la nada, muertos en accidentes o víctimas de la «la bestia» en México, Platero indicó que en los países de origen de la migración no hay los suficientes controles para poder evitar estas tragedias.
«La migración es un negocio, el tráfico de personas es un negocio, al igual que el de las armas. En los países no hay control, los coyotes pasan a toda velocidad por las calles con estas personas y es donde se producen los accidentes», explicó.
Según Itsmania Platero, la migración irregular desde Honduras a Estados Unidos va a continuar debido a que las condiciones en Honduras «no son las mejores».
También recordó que en el camino los ciudadanos se exponen a múltiples peligros, tanto de los traficantes de personas, conocidas como «coyotes», como de los grupos del crimen organizado en los países de tránsito.
Perspectiva socioeconómica
Por su parte, el economista independiente, Ismael Zepeda, expuso a Diario Tiempo que en los dos últimos años (2022-2023), la tasa de desempleo y subempleo en Honduras ha incrementado pese a los datos que ha divulgado el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
«Este subempleo que se va disminuyendo, según cifras, no es tan real. Esto porque las situaciones que se están viendo en la migración, la desesperanza es que esos datos no están reflejando la realidad», argumentó.
Asimismo, Zepeda destacó que tras dos décadas del paso del huracán Mitch en Honduras, los hondureños han encontrado en la migración una «válvula de escape» ante la crisis económica galopante que enfrenta la nación.
Zepeda, además, recordó que desde otros países del mundo sus ciudadanos se ven obligados al desplazamiento forzado debido a las guerras, la violencia, la desigualdad y la falta de oportunidades.
«Cuando se ve la mayoría de estudios, los principales dos factores generales de la migración son la falta de oportunidades laborales y la violencia. Entonces, es un problema en ambas, porque de nada sirve tener oportunidades si el salario mínimo es el real», explicó.
Tener un trabajo es insuficiente
Como consecuencia, el economista ejemplificó de que si una persona tiene un salario pero no cubre sus necesidades, no está ajustado a la realidad actual. Y a su vez, cuando un ciudadano calcula su calidad de vida, se enfrenta a una situación lejana a lo que muestran las estadísticas estatales.
«No solo es el acceso a los alimentos, sino un acceso al bienestar, a la salud de calidad, la educación y, es más, al mismo ocio», explicó.
Otro de los factores que también pueden influir en la salida de personas del país, según Zepeda, son los problemas con el alcoholismo y la drogadicción. Algo que tiene que ver con «ese escape que la gente de manera psicológica», indicó.
Zepeda también refirió que «cuando el hondureño hace estos cálculos, de bienestar, de acceso, de proyección de vida, en nuestro país no la tienen. Es aquí donde se construye la aspiración migratoria y que, según muestran encuestas internacionales, Honduras es de los países que mayor aspiración migratoria tiene».
Migración «a todos los niveles»
Otro de los datos que resaltó el experto es que estudios en los últimos tiempos demuestran que personas con altos niveles educativos también deciden migrar. Es decir, que personas con maestrías y hasta doctorados optan por una mejor calidad de vida en el extranjero y no en su país.
«La falta de oportunidades está arrastrando eso. Antes, la educación era un ascenso social casi indiscutible, pero ahora, aún teniendo educación, en nuestro país un trabajador con estudios no logra colocarse porque el mercado laboral no le permite avanzar a cierto nivel», subrayó.
Gobiernos no prestan interés
Otro de los puntos que destacó el economista es que los sucesivos gobiernos en Honduras no se han preocupado por frenar la migración. Esto porque se concentran en algunos aspectos «positivos» de la misma, pero dejan escapar la mano de obra local.
«Los gobiernos se han visto favorecidos. Más bien han mostrado despreocupación o indiferencia hacia el tema, ya que la migración da más beneficios que costos, pero hay mucho costo social o económico y los gobiernos no lo analizan», consideró.
«Es más, se da un beneficio de las remesas, de un descongestionamiento social porque le disminuye la presión de la población en temas de trabajo, servicios, bienes públicos, Estado de Derecho», ahondó Zepeda.
En tal sentido, recordó que los gobiernos «de manera perversa» se han logrado beneficiar de la masiva migración de hondureños a otros países.
En tal sentido refirió que el gobierno solo atiende al migrante de manera superficial. Es decir, que les brinda los pasaportes en los consulados, atención una vez que los retornan al país, pero en el tema estructural que aqueja el país no se han visto interesados.
Honduras «exporta» más personas que productos
«La principal exportación del país son seres humanos, porque si se compara con el café, el banano, la maquila, las remesas son 8 mil millones de dólares en 2022. Y posiblemente lleguemos rosando los 10 mil millones en 2023. La política perversa de no atender la migración es por esas vías, la gente da beneficio económico», arguyó Zepeda.
Finalmente destacó que con esos parámetros, los gobiernos esconden datos como la desintegración familiar, los viajes de menores no acompañados y perder la mano de obra nacional.
«La mayor parte de gente que se va es mano de obra competitiva, joven, con educación alta. Luego la niñez, con la que prácticamente estamos regalando el futuro de Honduras a otro país, como Estados Unidos y España» entre otros, cerró.
Ante el impacto de la migración en el país y con la intención de evitar que más compatriotas mueran intentando conseguir el «sueño americano», el Gobierno debe implementar estrategias que llamen a la inversión externa e interna y así generar empleos.