COPAN, HONDURAS. Tremenda sorpresa se llevaron los familiares de una mujer cuando visitaron su tumba y se percataron de que ya no estaba en el cementerio de Santa Rosa de Copán, ayer domingo 31 de octubre.
Sin embargo, horas más tarde, la persona encargada de cuidar el panteón reveló qué fue lo que realmente había sucedido con el ataúd y el cuerpo de la fallecida.
De acuerdo con las declaraciones que el panteonero dio al noticiero HCH, él tuvo que realizar el traslado del cuerpo debido a un «pleito» que hubo con el mausoleo.
En ese sentido, explicó que la dueña de esa tumba decidió venderla hace un tiempo y que le pidió ayuda para conseguir un cliente. Él, actuando de buena fe, le ayudó y se puso en contacto con la maestra ahora fallecida, la cual aceptó comprar el terreno.
Sin embargo, los hijos de la primera dueña no sabían que ella lo había vendido. Su sorpresa fue que, cuando su madre falleció y ellos llegan a realizar los preparativos para enterrarla, se percatan que el espacio ya estaba ocupado.
Esto despertó su enojo, pues no tenían en dónde enterrar a su madre. Inmediatamente acudieron donde el panteonero, quien les explicó lo sucedido, sin embargo ellos no confiaron en su palabra y lo obligaron a remover el cuerpo del mausoleo.
No se pudo contactar con los hijos de la maestra
Según el cuidador, al momento que sucedió el problema, él intentó comunicarse con los hijos de la maestra que había adquirido el terreno. Desafortunadamente, él no encontró el numero de teléfono para llamarles.
«Me dijeron las hijas de la finada que se la sacara, porque ellas no querían que estuviera la señora ahí. Viendo ese enredo, y que la mamá de ellas ya había fallecido, tocó conseguir otro mausoleo», manifestó.
Además, explicó que el enojo de los familiares era tan grande que si él no sacaba el cuerpo, ellos lo harían. «Me estaban presionando, diciéndome que tenía que sacar a la señora. Me vi orillado a resolver este problema«, explicó el cuidador.
De la misma forma, el señor dijo que la maestra había sido colocada en un nuevo espacio que, según él, «está mejor que donde estaba».
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Se percataron que el cuerpo estaba desaparecido
Los hijos de la profesora difunta llegaron con flores para arreglar la tumba de su madre, sin embargo, notaron que estaba vacía.
«Solo venimos a hallar el agujero. Ya el cajón lo habían trasladado para otro lado. Yo me sentí mal, francamente, no hallaba ni qué hacer», expresó Mariana Leiva, hija de la fallecida.
Según sus parientes, la fallecida era una maestra muy querida del lugar, quien respondía al nombre de María Espinoza y había fallecido hace cuatro meses.
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