TEGUCIGALPA, HONDURAS. Julianna Vargas, con tan solo 17 años, deja su mochila para colocarse una capa invisible, sale a las calles de Honduras para aportar su granito de arena y transforma la vida de niños y niñas en situación vulnerable.
«Salvando Futuros», al igual que todos los superhéroes, busca a las personas más necesitadas y les brinda una mano solidaria para mejorar su condición actual.
Sin necesidad de su señal en el cielo, la joven hondureña sale a las calles del país, transformando caras tristes en sonrisas de agradecimiento. La hondureña es la
Julianna conversó con Diario Tiempo sobre cómo inició esta noble causa, la mejor experiencia que ha dejado en su vida, y cómo la organización se ha convertido en su familia. Junto a Mafe Panting, han creado esta noble fundación.
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“Salvando Futuros nace así de repente. Una idea que se formó por ver la vulnerabilidad en la que están los niños hoy en día. Nosotros a inicios de enero del 2021 dijimos tenemos que hacer esta fundación y en febrero ya la estábamos proyectando”, comentó.
De igual manera, la joven manifestó que al ver la cruda realidad que enfrentan miles de hondureños, no se pudieron quedar de brazos cruzados.
“Nosotros vimos la necesidad que hay en nuestro país. Nosotros teníamos esa necesidad de ayudarlos porque puede ser que muchos jóvenes hoy en día estén pensando en hacer otras cosas, nosotros decimos ‘por qué no damos nuestro tiempo para mejorar nuestro país’”, aseguró.
Vargas compartió que las generaciones más jóvenes tienen la obligación de convertirse en la voz de quienes se han quedado como una cifra, nada más.
Motivación
Mientras balancea su vida de estudiante, hija y amiga, la hondureña recuerda cuál es el motivo principal que la hace seguir adelante a pesar de cualquier adversidad.
“Las sonrisas de los niños. Nosotros cuando salimos a las calles y le damos nuestro granito de arena, créeme que ver esa sonrisa en ellos y decirnos gracias; solo con una pequeña cosa ellos se sienten tan emocionados”, manifestó.
«Salvando Futuros» se encarga de llevar ayuda a las familias de escasos recursos de Tegucigalpa, y recientemente de San Pedro Sula.
“Nosotros como fundación nos concentramos en familias de escasos recursos. Por ejemplo, a niños que están en la calle. Muchas veces visitamos casa hogares, niños que no tienen papá ni mamá. Nosotros nos encargamos de que ellos se sientan especiales”, indicó.
De momento, la fundación cuenta con aproximadamente 100 integrantes que se dividen en las dos principales ciudades del país. Además, se espera que en el futuro este número pueda triplicarse.
El tiempo, un factor en contra
Julianna comentó que a pesar de lo enormemente satisfactorio que es realizar la ayuda, el tiempo se vuelve un factor determinativo para llevar a cabo las actividades.
“Se nos ha complicado un poco el hecho de hacer algunas de las actividades y que algunos no tengan tiempo», aseguró. Además, Vargas explicó que los recursos se vuelven limitados debido a la magnitud del problema.
“A veces no recaudamos lo suficiente para poder salir a las calles”, comentó a Diario Tiempo.
No obstante, la joven hondureña manifestó que muchos momentos han hecho que todo el sacrificio sea válido. Uno de ellos tuvo lugar el año pasado, mientras todos afinaban los detalles para su celebración de Navidad, el grupo de «Salvando Futuros» se preparaba para profundizar en la necesidad de los capitalinos.
“El año pasado para diciembre, salimos un 23 a las calles de Comayagüela y tuvimos la oportunidad de regalarle juguetes a los menores. Un niño estaba con su familia ahí y estaba dormido, entonces no pudimos darle el juguete y teníamos que pasar otra vez para darle un juguete. Era un llamado, teníamos que estar ahí. A los 10 o 15 minutos que volvimos a pasar el niño estaba levantado y nos bajamos, le dimos el juguete de él y nos quedó viendo y nos dijo gracias con unos ojos llorosos”, relató con ternura.
Salvando Futuros transformó su vida
Julianna abrió su corazón y mostró un lado más vulnerable cuando habló sobre lo que significaba para ella pertenecer a esta organización.
“Ha sido una de las cosas más importantes que he hecho. Siento que es gratificante saber que a mi corta edad estoy haciendo algo que puede cambiar la sociedad. Nosotros como jóvenes estamos expuestos a tantas cosas, drogas, alcoholismo y como joven siento que tengo la responsabilidad de ver qué podemos hacer el cambio”, aseguró.
De igual manera, la joven de tan solo 17 años aseguró que «Salvando Futuros» se volvió su nueva familia.
“Ha sido mi hogar, todas las personas que he conocido ahí… No sólo es Salvando Futuros, sino que personalmente, hemos creado amistades. Hemos sido una familia», indicó.
Julianna se ha ganado el reconocimiento de convertirse en una «CATRACHA EjEMPLAR«, debido a la semilla de cambio que a su corta edad está cultivando en el corazón de cientos de familias hondureñas.
