TEGUCIGALPA, HONDURAS. La semana anterior, la empresa minera Inversiones Pinares amenazó con irse si el Gobierno no intervenía en el conflicto que se ha venido desarrollando con los pobladores de Guapinol, Tocoa, Colon.
El conflicto comenzó cuando los pobladores se alzaron contra la evidente contaminación, sobretodo, del agua que está causando la minera. En su estrategia, la minera advirtió que si el Gobierno no interviene en el conflicto se van a otro país donde sí les permiten operar sin problemas.
Igualmente, las diferentes organizaciones empresariales han lanzado sendos comunicados a favor de la industria minera. Por su parte, los voceros de Inversiones Pinares aseguran tener todos los permisos y requisitos de ley. Sostienen también que el cierre de la mina dejaría sin empleo al menos a 2,000 pobladores de la zona.
Según miembros del campamento Inversiones Pinares, no tiene intención de abandonar el jugoso negocio y sólo se trata de una estrategia.
Gobierno toma acción
Un contingente de soldados y policías armados llegó al parque de Tocoa. La presencia militar se dio cuando se desarrollaba una reunión de los protestantes para entregar un comunicado en una marcha paralela a los desfiles.
«Los soldados se formaron alrededor de la carpa y nos rodearon para detener la manifestación», relató uno de los presentes.
Según el testimonio de los lugareños, los hombres portaban armas de uso reglamentario y fusiles. También detallaron que llegaron francotiradores y comandos con M-60 y bazucas, situación que lejos de solucionar el conflicto calienta los ánimos de los manifestantes.
Por fortuna no hubo enfrentamiento entre militares y civiles, y esta vez todo se desarrolló sin violencia.
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Conflicto causa división de pobladores
Asimismo, este domingo en horas de la mañana un grupo reducido de pobladores que está a favor de la minera llegó a las instalaciones de la iglesia católica con pancartas pidiendo que Inversiones Pinares no cierre operaciones.
Ante esta acción, las personas que están en el campamento aseguran que se trata de familiares de los empleados de la minera. También otras personas que se prestan a eso por un par de pesos que les paga Lenir Pérez.
El Campamento Por la Vida que mantiene la resistencia se instaló el 1 de agosto para exigir el cierre de la minera.
Hasta la fecha, el campamento cumple 47 días de haberse colocado frente a las instalaciones de la empresa minera Los Pinares.
El de septiembre los guardias contratados por Lenir Pérez, dueño de la empresa, hirieron de bala a uno de los manifestantes, situación que subió de tono el conflicto. El herido fue Rigoberto Hernández, quen todavía se recupera en el Hospital de San Isidro.
