MEXICO. Andrés “N”, apodado como el «carnicero de Atizapán» Zaragoza, aparentaba ser un vecino “normal, tranquilo y no conflictivo” de la colonia Lomas de San Miguel, que se preocupaba por la falta de servicios básicos (agua y alumbrado público) en la comunidad donde llevaba varias décadas viviendo.
El feminicida en serie conocido como “El Chino” trabajó por muchos años como carnicero en un rastro municipal de preparación de carne para consumo humano en Tlalnepantla.
Elegía a sus víctimas con un perfil muy parecido; la mayoría entre edades de 30 y 40 años a la mayoría las elegía en bares, también las conocía desde tiempo atrás.
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Reyna, a la última victima, la conocía desde tres años atrás, incluso comía en fiestas familiares con sus hijas y su esposo, ya que lo consideraban como un amigo. Se había ganado poco a poco la confianza de la madre de familia, quien era muy reservada según sus vecinos.
Ella confió en él cuando se ofreció a ayudarla a realizar trabajos de pintura y herrería en el local donde rentaba; sin imaginarse que ese hombre acabaría con su vida de la forma más cruel y despiadada.
Confianza
Bruno Ángel, el esposo de Reyna y padres de dos pequeñas hijas de cuatro y ocho años de edad, dijo en su declaración en la primera audiencia del detenido, que Andrés Filomeno “N” era un amigo de la familia; le tenían lástima por ser de avanzada edad y estar solo, por lo que trataron de apoyarlo económicamente y le tenían plena confianza.
La criminóloga y psicóloga, Mónica Ramírez Cano, posee amplia experiencia en analizar a los delincuentes más peligrosos de México.
“No necesariamente tienen que ser desconocidas, puede matar a conocidas. Hay muchos que terminan matando a sus novias, esposas, además de otras víctimas, todo eso era parte de su fantasía porque les da una sensación de poder, creen que es por superioridad”.
Mónica explica que hay diferencias entre los feminicidas y los feminicidas seriales; operan de manera distinta, en el primer caso sí sirve el violentómetro para identificar una relación peligrosa antes de que pueda llegar al asesinato; sin embargo en el caso de los seriales es diferente.
México es uno de los países más afectados por la violencia de género. Solo en 2020 se registraron 967 feminicidios, una cifra ligeramente inferior a los 969 de 2019, según cifras oficiales.
Hallazgos
Hasta la fecha han hallado 3,787 fragmentos óseos en su hogar de 17 posibles víctimas; los peritos forenses hasta el momento han señalado que no ha sido posible identificar las víctimas, pero posteriormente se podrán hacer análisis de ADN.
La primera zona, para excavar fue la parte del patio y la cocina con tapanco de madera y láminas, misma que ha sido concluida; la fase dos, que corresponde a la habitación principal y un sótano, de aproximadamente 30 metros cuadrados; y la tres, que abarca el resto del patio y dos baños, con una extensión de alrededor de 68 metros cuadrados.
No hay una fecha programada para concluir los trabajos de excavación; se ha estudiado la posibilidad de derrumbar el inmueble completo, si es que en algún momento pudiera presentarse algún riesgo para el personal que labora en el sitio.
Además, en el lugar, autoridades también hallaron credenciales de elector, ropa, calzado y bolsas de mujer, además de otros indicios como libretas con varios nombres, casetes de video y maquillaje.
Personas desaparecidas
La Unidad de Análisis y Contexto de la Fiscalía Central de Delitos Vinculados a la Violencia de Género, ha recabado aproximadamente 600 carpetas de investigación y averiguaciones previas, desde 1990 a la fecha; las cuales corresponden a personas desaparecidas.
Andrés «N», fue capturado el 14 de mayo, cuando la víctima más reciente fue reportada como desaparecida, Reyna González de 34 años. Ese día la mujer salió de su casa para reunirse con el presunto feminicida, pero al no dar señales hasta la noche, el marido sospechó.
La investigación sostiene que para ese momento el presunto hechor ya había acabado con la vida de González, la atacó con un arma blanca, mutiló su cuerpo y puso sus órganos, miembros y tejidos en diferentes cubetas.
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El sujeto confesó ser carnicero y afirmó que le había retirado la piel del rostro porque le parecía muy bonita y que había fileteado la carne de sus piernas.
El victimario reconoció que asesinó al menos a cuatro mujeres desaparecidas; los documentos fueron encontrados en su domicilio, también confesó que se comía partes del cuerpo de algunas de sus víctimas.
FUENTE: RT ACTUALIDAD
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