Redacción. Las autoridades ejecutaron un operativo en la comunidad Pusuaya, en el municipio de Puerto Lempira, en Gracias a Dios, con el objetivo de ejecutar las órdenes de captura de dos mujeres que tuvieron cautiva durante cuatro años a una menor de edad.
La Unidad Contra la Trata, Explotación Sexual Comercial y Tráfico de Personas (UTESCTP) en conjunto con la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) ejecutaron un allanamiento en la zona mencionada.
Se trata de Miriam Carolina Guido Espita y Jabaida Suazo Cuevas, a quienes se les acusa de ser coautoras de abuso agravado de trata de personas con la finalidad de provocación de embarazo forzado agravado en concurso real. A la primera se le suma el delito de explotación de menores de edad agravada.
Según antecedentes, en el mes de marzo de 2019 a la víctima se le llevó desde San Pedro Sula, Cortés, hasta la comunidad de Pusuaya. La mujer aprovechándose de la cercanía con la madre de la menor, la engañó al decirle que por espacio de tres meses la ayudaría en La Mosquitia.
Abusos
A la menor se le movilizó hasta La Ceiba, Atlántida, en compañía de Jabaida Suazo Cuevas. Posteriormente, se les unió Miriam Carolina. Ella llegó al siguiente día a la comunidad antes mencionada.
Una vez en la vivienda de Miriam Carolina a la menor no se le permitía salir, además fue obligada a realizar el aseo todo el día. Si la niña se negaba a los abusos la mujer la sometía a agresiones físicas y verbales. Asimismo, a la menor le asignaron un cuarto donde abusaba de ella de forma constante un hombre con orden de captura.
Todos los abusos se cometían con el conocimiento y consentimiento de Miriam Carolina.
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Consecuencia de esos abusos la niña quedó en estado de embarazo, al no recibir atención médica dio a luz a un varón que llevaba los apellidos Guido Espita. Al poco tiempo de nacido, el niño murió de manera espontánea. La menor tras perder a su hijo le dijo a la mujer que quería regresar con sus padres a San Pedro Sula. La señora le contestó que si quería regresar debía quedar embarazada nuevamente.
En una de las pocas ocasiones que la menor salió de la casa, logró comunicarse con su padre poniéndole en conocimiento toda la situación. Unos días después lograron rescatarla. La familia logró interponer la respectiva denuncia, dando como resultado la captura de las sospechosas.
