REDACCIÓN. El domingo 19 de mayo trascendió la noticia de que una joven sufrióun ataque con ácido al intentar defender a su padre, quien murió de múltiples balazos, en la Avenida Tláhuac, en el cruce con calle Los Pirules, en la colonia 12 de Diciembre, de Ciudad de México.
Tanto el padre como la hija sufrieron el ataque mientras caminaban por la acera, a la altura de marisquería “Manolos”.
Los responsables del asesinato y ataque con ácido a la joven fueron dos motociclistas. Uno de ellos disparó primero contra el padre y luego habría atacado con ácido a la joven, dejándola inmóvil al rociarle la sustancia.
Al lugar arribaron los servicios de emergencia, así como elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, que confirmaron el fallecimiento del hombre de 40 años.
La joven resultó con quemaduras en la pierna derecha, por lo que recibió asistencia en un hospital. Hasta el momento no se ha localizado a los responsables ni se tiene conocimiento del estado de salud de la joven.
Ley Malena va contra ataques con ácido
En febrero de este año, el Gobierno de la Ciudad de México publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la «Ley Malena«. Ésta tiene como objetivo el aumento de las penas para todas aquellas personas que agredan con ácido a las mujeres, en la capital mexicana.
Con su entrada en vigor de esta iniciativa, quienes ataquen con ácido o sustancias químicas corrosivas, podrían recibir penas de entre 8 hasta 12 años de prisión. Sin embargo, podrían aumentar hasta 46 años, cuando las lesiones se consideren en grado de tentativa de feminicidio.
Sanciones por ataques con ácido en CDMX
A personas que ataquen con de ácido o sustancias químicas corrosivas, se harán acreedoras a una multa de 300 a 700 veces la unidad de medida vigente (UMA). Mientras que el Ministerio Público tendrá la obligación de asegurar una reparación del daño adecuada, eficaz, efectiva y proporcional a la gravedad del delito.
Además, del tiempo en prisión, la violencia ácida ya se considera como tentativa de feminicidio. En especial en aquellos casos donde las agresiones “provoquen deformidad o daño físico permanente en algún órgano interno, externo u ocasione la pérdida del oído o la vista, lo cual brindará herramientas jurídicas indispensables a las víctimas de este delito».