CURIOSA. Bucear en un cenote es una experiencia no apta para todos los buzos, de hecho, se requiere de cierta pericia para mantener la horizontalidad y lograr hacer ascensos y descensos conforme son descritos por las estalactitas y estalagmitas que hay en el subsuelo.
Cuando uno puede bajar a una profundidad mayor a los 10 metros, un nuevo mundo se abre frente a tus ojos o al menos es lo que sucede en el Cenote Angelita y algunos más de la Península de Yucatán.
Debido al fenómeno conocido como haloclina, podemos apreciar una especie de río dentro de otro río en Yucatán.
Haloclina
La haloclina es un fenómeno físico que se produce por la diferencia de la salinidad del agua. El agua dulce por ser menos densa se mantiene en la superficie. Mientras que el agua salada, al ser de una densidad mayor se concentra en el fondo.
Donde ambos cuerpos de agua se encuentran, aparece una especie de nube frente a nuestros ojos, la cual, de encontrarnos con un compañero de buceo, si agitamos un poco, parecería como el efecto de borrar con el dedo un dibujo a lápiz.
El Cenote Angelita, localizado a unos 17 km al sur de Tulum, es un sitio recientemente descubierto por el fotógrafo ruso Anatoly Beloshchin. Él ha capturado espectaculares imágenes de haloclina y que empiezan a dar la vuelta alrededor del mundo.
Es interesante señalar que debajo de la nube de haloclina formada por compuestos de azufre, la luz ya no penetra. Todo lo que podamos ver, será gracias a nuestra lámpara de buceo.
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Sitios donde disfrutar de la haloclina
Sin embargo, esta experiencia es únicamente para buzos experimentados que puedan mantener una buena flotabilidad.
El cenote Angelita en particular puede bucearse hasta una profundidad que va de los 60 a los 100 metros. Pero hay otros cenotes en la misma península que con una profundidad menor, también nos permiten disfrutar del fenómeno haloclina.
Entre ellos encontramos: Chikin, con una profundidad de 15 metros (a los 10 encontramos la haloclina); Taj Mahal, que cuenta con un gran espectáculo de luz en su interior y una densa nube de haloclina; Casa Cenote que con una profundidad de tan solo siete metros, da acceso a una nube de haloclina.
Sin embargo, bucear en un cenote requiere de la contratación de un guía experimentado y poder desembolsar entre 120 y 150 dólares por inmersión. Son varias las agencias de tours que ofrecen estos servicios, pero siempre hay que estar pendientes de contar con buzos certificados como guías para poder tener una experiencia realmente inolvidable.