Redacción.- Los fallecidos por el devastador terremoto de magnitud 7,8 del lunes han superado los 11.000, de los cuales 8.574 se registran en Turquía y cerca de 2.600 en Siria.
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores, el último recuento oficial sitúa la cifra de heridos en más de 49.100. Los equipos de ayuda han logrado rescatar a unas 8.000 personas con vida y 6.444 edificios han resultado destruidos.
Los rescatistas siguen liberando con vida a personas después de llevar más de 50 horas bajo los escombros. No obstante, las tareas son cada vez más desesperadas en medio de temperaturas gélidas y réplicas que complican los trabajos.
En medio de crecientes críticas al Gobierno por la ausencia de ayudas en algunas zonas afectadas por el desastre, Erdogan se ha desplazado a Kahramanmaras y visitará también la provincia de Hatay, una de las más castigadas.
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“Hay cadáveres por todas partes”
Pese a que en Turquía hay desplegados unos 60.000 miembros de equipos de rescate en la zona más golpeada, la devastación es de tal grado y el área tan amplia que todavía hay lugares a los que no ha llegado ayuda alguna.
Numerosos ciudadanos describen una situación dramática en pleno invierno por la falta de servicios y bienes básicos, con la interrupción de los suministros de agua, electricidad y calefacción, la carestía de combustible y dificultades para obtener medicinas.
Mustafa Kara, que perdió a su mujer en Kahramanmaras, en el derrumbe de un edificio de nueve plantas, mostró su indignación en Halk TV: “¿Tan poca cosa es este Estado? No hay nada. No podemos enterrar a nuestros muertos. Hay cadáveres por todas partes”.
“Se han derrumbado más de 900 edificios. Si cada uno tiene entre ocho y diez apartamentos, ¿Cuántas personas hay bajo los escombros? No hay electricidad, ni gasolina, la gente saquea los supermercados. No hay comida, ni leche para los niños”, se quejó ese vecino.
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Aunque decenas de países han prometido ayuda a Turquía y muchos equipos se encuentran ya en el terreno. El desafío es rescatar a los atrapados bajo los escombros lo antes posible porque el frío reduce sus posibilidades de supervivencia, han detallado medios locales.
En Siria, la cifra de muertos por los terremotos asciende a 2.530, mientras que cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros más de 48 horas después del seísmo inicial.
Los socorristas alertaron de que “cientos de familias” continúan atrapadas bajo los restos de edificios derrumbados. Las autoridades temen que el número de personas muertas siga creciendo.