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viernes, noviembre 22, 2024

Telescopio permite a investigadores «asomarse» al agujero negro más distante

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Redacción. Astrofísicos de varios países del mundo han conseguido, gracias al telescopio espacial James Webb, «asomarse» a uno de los agujeros negros más masivos y distantes de la Tierra, situado a unos 13,000 millones de años luz y cuando el universo tenía «sólo» unos 800 millones de años de edad.

Los resultados del trabajo de investigación, en el que han tenido un importante protagonismo varios astrofísicos del Centro de Astrobiología (CAB) -dependiente del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto nacional de Técnica Aeroespacial (INTA)-, se publicaron en la revista Nature Astronomy.

Y lo más «sorprendente» para los investigadores, informó el CAB, ha sido comprobar que ese lejano y masivo agujero negro se «alimenta» de la misma manera que los agujeros negros más recientes y cercanos en el universo.

Los astrofísicos han estado tratando de explicar durante años cómo los agujeros negros ganaron, en las épocas más tempranas del universo, su extraordinaria masa. Los nuevos resultados que se han obtenido descartan ahora que existan mecanismos «exóticos» que se habían propuesto como posible solución a esas preguntas.

Agujero negro
Agujero negro.

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Amanecer cósmico

Los primeros 1,000 millones de años de la historia cósmica -el llamado «amanecer cósmico»- plantean un desafío para la ciencia. Este es el de desvelar cómo se volvieron los primeros agujeros negros tan masivos y de una forma tan acelerada. Esto porque los que se conocen en los centros de las galaxias tienen unas masas sorprendentemente grandes.

Por eso los astrónomos se habían sorprendido cuando, durante los últimos veinte años, las observaciones de cuásares habían revelado algunos agujeros negros muy jóvenes.

El CAB explicó que la luz necesita tiempo para viajar desde un objeto distante, por lo que «mirar» hacia objetos lejanos significa mirar hacia el pasado distante. Además, de ver los cuásares conocidos más distantes tal como eran durante el «amanecer cósmico». Estos se sitúan unos mil millones de años después del Big Bang.

Ciencia y tecnología española

Son muchas las explicaciones que los investigadores han dado hasta ahora para tratar de explicar cómo se volvieron los primeros agujeros negros tan masivos de una forma tan rápida, aunque ningún razonamiento científico está completamente aceptado. Pero los instrumentos que incorpora el James Webb, entre ellos el instrumento de infrarrojo medio MIRI, han permitido dar «un salto gigantesco» en esos estudios.

Ese instrumento fue construido por un consorcio internacional con la participación de los científicos e ingenieros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). También del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA); a cambio de construirlo, el consorcio recibió una cierta cantidad de tiempo de observación.

En 2019, años antes del lanzamiento del telescopio James Webb -una colaboración internacional entre la ESA, la NASA y la Agencia Espacial Canadiense-, ese consorcio internacional ya había decidido utilizar parte de este tiempo para observar el que entonces era el cuásar más distante conocido, un objeto que lleva la designación «J1120+0641».

Telescopio Espacial James Webb
Telescopio espacial James Webb.

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