Redacción. «¿Cuándo viene don Daniel?», suelen preguntarse en diciembre de cada año los niños de las comunidades más humildes en los bordos de San Pedro Sula, esperando con ansias la llegada de don Daniel Pineda, quien acostumbra darles juguetes y comida cada temporada navideña.
Este entusiasta capitalino residente en San Pedro Sula, llegó el pasado 17 de diciembre junto con el payaso «Popeyito» y un «San Nicolás» al bordo de El Limonar, situado frente a la colonia El Carmen, en la capital industrial, a alegrar el día a los más pequeños de la zona.
Tras finalizar la loable labor, Diario Tiempo contactó con él, un digno catracho ejemplar, quien contó detalles sobre el origen de sus acciones.
«Tengo un amigo de escuela que vive por ahí (en los bordos) y una vez me invitó a comer sopa y ahí habían muchos niños y también una señora vendiendo tamales. Le pregunté a uno de los niños si ya había desayunado y le di un tamal; al final terminé regalando toda la bandeja de tamales. Entonces me dije: yo puedo hacer algo por estos niños. Entonces así nació eso de hacerles almuerzo de Navidad, con juguetes, llevarles payasos y regalarles una mañana súper agradable», dijo.
250 sonrisas
Pineda explicó que tal iniciativa inició en el año 2014, ayudando a 30 niños. Este 2023 ya son más de 250 los infantes beneficiados y para 2024 asegura que serán más de 300.
«El pasado 17 de diciembre tuvimos más de 250 niños. Siempre les llevamos a alguien para que los esté animando y este año le tocó al payaso Popeyito y el carro de la Chuchería. Popeyito tuvo su animación y llegó San Nicolás también», comentó.
Explicó que el principal objetivo de las actividades consisten en tener entretenidos a los niños, que se diviertan y pasen un momento inolvidable.
Del mismo modo, dio a conocer que las ayudas para hacer esto posible llegan de la empresa para la que labora. Por medio de la misma apadrinan también a cinco niños de la Liga Contra el Cáncer, explicó Pineda.
«Como empresa nosotros tenemos un fondo. Llegamos a un acuerdo, donde mensualmente van dando dinero para que en estas fechas nosotros podamos hacer todo esto, ir a comprar juguetes y la comida», explicó.
Es así como don Daniel, junto a la empresa y tres amigos más, logran reunir los fondos que le permiten llevar alegría a los más pequeños.
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Los frutos de su infancia
Por otra parte, don Daniel detalló que su deseo de ayudar a los más pobres también nace de su infancia, pues él también proviene de una familia de escasos recursos, lo que lo imposibilitó de disfrutar de juguetes.
Comentó que desde muy joven perdió a sus padres, por lo que a su corta edad empezó a trabajar, dejando de lado tener una infancia como la de cualquier «niño normal».
Sin embargo, señaló que tiempo después se graduó de la Fuerza Naval de Honduras y posteriormente se metió al rubro del turismo, repartiendo volantes en los semáforos. Luego pasó a laborar para Representantes Turísticos, en la que sigue empleado. «Dios me da la oportunidad de servir y dar alegría a la gente», manifestó Pineda.
«Es algo bonito y estamos tratando de contagiar a toda la empresa, cosa que ya estamos logrando y a partir del 2024 vamos a tener un fondo para poder hacer todas estas cosas. No sé de donde sale tanto niño, pero cada que nosotros hacemos una actividad, hay más niños, y es bonito poder darles un día lleno de felicidad», expresó.
Un deseo más grande
Para Don Daniel, el cariño y aprecio de los niños hacia él lo es todo, pues asegura que siempre lo reciben con los brazos abiertos y una enorme sonrisa. Este tipo de alegrías lo han llevado a planificar para el próximo otro año ampliar más sus actividades y celebrarles ya no una vez al año, sino dos.
«A partir del otro van a ser dos por año en el mes de diciembre, una a principios y la segunda a mediados. Siempre en diciembre porque es la época de más alegría», dijo.
Finalmente, comentó que también tiene pensado para el día del niño buscar más lugares para hacer donaciones o llevar piñatas y juguetes a otros niños. «Este año 2024 pensamos proyectarnos más», dijo.