HONDURAS. Rosel Ariel Archiaga, un solidario hombre de 30 años originario de Sonaguera, Colón, se ha convertido en un símbolo de esperanza y generosidad en Honduras gracias a su compromiso con el prójimo.
Con una historia de vida marcada por la superación y el deseo de ayudar a los demás, Rosel ha dejado una huella en su comunidad a través de su labor solidaria como influencer.
Este altruista compatriota ha compartido con Diario Tiempo algunas de sus obras solidarias, así como sus actuales y futuros proyectos.
Su inicio
Su viaje hacia el activismo social comenzó hace dos años, cuando Rosel decidió redirigir su atención y recursos hacia aquellos que más lo necesitaban. Inicialmente, Rosel dedicaba gran parte de su tiempo y dinero a jugar «maquinitas», pero un día reflexionó y dio un giro radical a su forma de pensar. Se dio cuenta de que estaba gastando mucho dinero en entretenimiento, mientras que había personas en su entorno que luchaban por satisfacer sus necesidades básicas.
«Yo empecé jugando maquinitas», recuerda Rosel. «Pero luego analicé que gastaba mucho dinero en lugar de ayudar a personas de bajos recursos», expresó.
El recuerdo de su madre, una mujer luchadora que lo sacó adelante y que recientemente había fallecido, fue un punto de partida para la nueva mentalidad de Rosel. Al observar a mujeres en la calle vendiendo productos para subsistir, recordó el sacrificio y la determinación de su madre, lo que lo llevó a replantearse su enfoque de vida.
Fue así como nació la idea de establecer «Creando Esperanza», una fundación que se dedica a brindar ayuda a las personas más necesitadas. Desde septiembre de 2022, Rosel ha estado utilizando sus propias ganancias de las redes sociales para financiar proyectos solidarios y ayudar a aquellos que enfrentan dificultades económicas a nivel nacional.
Aunque su fundación no está formalmente establecida y no cuenta con un equipo permanente, Rosel ha demostrado compromiso con su misión. «Yo ayudo con mi propio dinero generado por las redes sociales», afirmó.
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Múltiples ayudas
A través de su labor, Rosel ha dejado una huella en su comunidad, brindando ayuda y apoyo a una variedad de personas en situaciones difíciles.
El hondureño disfruta de extender la mano a los vendedores ambulantes, los niños, los ancianos y las madres de bajos recursos. Con un corazón lleno de compasión, Rosel acostumbra a comprar todo el producto de los vendedores y regalarles dinero adicional. Sus actos no solo alivian las cargas financieras de estas personas, sino que también les brinda esperanza y alegría.
Sin embargo, una de las acciones más destacadas de Rosel fue el inicio de la construcción de un asilo de ancianos en Sonaguera, Colón.
El creador de contenido tomó esta decisión después de observar a un anciano en la calle, a quien le prometió ayudarlo regularmente. «Yo lo apadriné y cada semana le doy mil lempiras», compartió Rosel. «Entonces analicé que él necesita más ayuda, al igual que otros ancianos, entonces decidí construir el asilo para levantar a todos estos ancianos de la calle que no tienen familia y hacer algo permanente», explicó.
Hasta el momento, Rosel ha invertido más de un millón de lempiras en este noble acto, demostrando su compromiso con la causa. A pesar de los desafíos financieros y logísticos que enfrenta, su determinación no se ha desvanecido. «Yo no tengo todos los fondos, no cuento con arquitecto, yo estoy haciendo batalla y pago albañil diario para que avance la construcción», compartió Rosel.