RIFLAZOS 76

Óscar Álvarez, ex diputado del Congreso Nacional

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ADIÓS

Ni adiós dijo el ex «showman», que ayer tempranito voló en un avión comercial rumbo a los «Yunais», siete días después de que sorpresivamente renunciará a su curul en el Congreso Nacional. El ex hombre fuerte de Seguridad se fue con todas las de la ley y no con pasaje «one way», como especularon muchos. La muchachada, que por años se acostumbró a entrevistarlo y no de «grolis», se quedó esperando para meterle micrófono.

RUBIA

Otra dimisión que sorprendió ayer fue la del ex hombre fuerte de la Policia, Héctor Iván Mejía. Aunque él no lo reconoce, sus aleros juran que soñaba con que lo nombrarían director nacional y neles pasteles. Al final Omarsito se le dio vuelta en lo parejo y puso al amigo de la Associeted Press. Ahí salió con que se va a dedicar al ejercicio privado del Derecho y a disfrutar a su familia, es decir a su rubia consentida.

PAPA

Entre Facebook y tierra no hay nada oculto. Más tardó Congreso en socializar la polémica «Ley Bertilio» para frenar el odio y la discriminación en las redes, que en salir a luz unas metidas de pata del papá del diputado proyectista. Le publicaron todos los posteos de información denigrante contra los opositores a su partido político. El progenitor del diputado Paz, que también ocupó en el pasado una curul en el Legislativo, es gran «feisbuquero».

AZULITO

Entre tanto, su hijo estuvo ayer en vivo en el banquillo de Chano y cuando estaba al aire lo llamo un patepluma en vivo y en directo para decirle que lamentaba que se haya estrenado con la ley bozal. El hombre se puso azulito y no hallaba donde poner el dulce cuando el televidente le dijo que esperaba que su primer proyecto fuera la solicitud de un nuevo hospital, tal como lo prometió en campaña. De paso también le recordó las travesuras de papi.

BULLYING

A propósito, si por algo quieren ahí en la Miramontes que aprueben la ley esa de Bertilio, es para que se apliquen a un amigo que ha agarrado de ojo de gallo al ex rector y le hace bullying por todo. No se sabe si es el aludido el que más sufre por el «acoso» o son los de los anillos de seguridad que respiran por la herida y que lo ven como el padre en esta cruzada por el nuevo liberalismo. Pobrecitos, hombre… no los molesten tanto.