Policía taiwanesa destruye un Lamborghini para castigar a su dueño

El dueño del malogrado súper auto manejó el Lamborghini sin haberlo registrado y para disimular la infracción le instaló un juego de placas de registro correspondientes a un Ford sedán.

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Luego de una batalla legal de tres años de duración, la policía de Taiwán destruyó el pasado miércoles en un acto público un Lamborghini Murciélago.

El auto era propiedad de un ciudadano de la nación asiática que había sido detenido por falta de registro para circular por las vías públicas.

El Lamborghini Murcielago fue hasta 2010, cuando fue sustituido por el Aventador, el máximo exponente de la histórica marca italiana de autos exóticos.

Un ejemplar bien preservado del Murcielago puede alcanzar precios de hasta 570,000 dólares.

El caso alrededor del infortunado y espectacular dos puestos, equipado con motor de 12 cilindros, fue un choque de fuerzas muy desigual.

Por una parte las autoridades de transito determinadas a aplicar las leyes bajo cualquier circunstancia.

Y por la otra un desesperado dueño tratando de detener el mandato de la ley que prescribe la destrucción de su preciado vehículo.

Según un reporte del sitio web Focus Taiwan el dueño del malogrado súper auto, un piloto comercial de apellido Lin, manejó el Lamborghini sin haberlo registrado.

Para disimular la infracción, Lin colocó en el Lamborghini placas de registro correspondientes a un Ford sedán.

Durante una parada rutinaria en el año 2013 la policía se percató del engaño y según lo establecido en la legislación vial de Taiwan el auto fue inmediatamente incautado.

La ley también prescribe que el auto debía ser destruido.

El vehículo permaneció en manos de las fuerzas policiales por 3 años, durante los cuales Lim interpuso cuantiosos recursos de apelación en todas las instancias posibles, a fin de poder detener el destino que la ley mandaba para su vehículo.

En un último esfuerzo por salvar a su Murcielago Lim envió a un interlocutor con influencias en el cuerpo policial, a fin de tratar de detener la ejecución del mandato legal.

Pero después de interceder por cerca de 30 minutos la policía decidió no retrasar más la sentencia.

Es difícil, después de la manera viral como el video de la destrucción del Lamborghini ha recorrido al mundo, que en el futuro ningún residente de Taiwan se atreva a no matricular debidamente sus súper autos.

Sólo los dueños de los restantes 4,098 Murcielagos construidos tendrán motivos para alegrarse por esta atrocidad, que hizo subir el valor de sus autos marginalmente al hacerlos un poquito más exclusivos.