TEGUCIGALPA, HONDURAS. El expresidente Porfirio Lobo, explicó que el convenio con la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih) debe renovarse.
Sin embargo recomendó «cortar el hilo umbilical» que tienen los enviados por la OEA con el Ejecutivo hondureño. Por tanto, reiteró que la Misión sin el cordón umbilical con la Presidencia o con el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, podría tener mayor independencia «y la libertad para ir contra cualquiera».
Además de lo expuesto, Lobo hizo otra recomendación. El Poder Legislativo debe nombrar «una comisión de notables» para revisar el trabajo de la Misión.
«Que revisen si los casos presentados por la Misión son sustentables legalmente y no violentan los convenios de derechos humanos», mencionó. Igualmente para que impidan que se violente la Constitución de la República.
Durante sus declaraciones,Lobo reconoció que hay que ampliar la estadía de los burócratas internacionales siempre y cuando respeten la ley y no se dediquen a atropellar las garantías de las personas para «llevar preseas».
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Denuncia pacto de impunidad entre Hernández y OEA
Del mismo modo, el otrora jefe de Estado reiteró que «hay un pacto de protección para el actual presidente. No hay ningún acto denunciado de lo que es la gestión de Hernández. Vamos por el sexto año y no hay nada», dijo.
A criterio de Lobo, aunque existen «denuncias documentadas» interpuestas ante los órganos correspondientes, contra «la familia presidencial», aún no se realizan las gestiones pertinentes.
«Nada ha pasado, lo que paso es que Juan Jiménez Mayor (primer jefe de la Maccih), fue a registrar dos fundaciones de la familia presidencial y lo sacaron de la Misión», recordó.
En ese orden de ideas, el entrevistado garantizó que Jiménez Mayor «irrespetó el pacto, o se saltó como decimos más allá de lo que tenía que hacer, hay una complicidad que no se puede esconder»
Sobre la Ufecic
En cuanto al trabajo de la Unidad Fiscal Especial contra la Corrupción e Impunidad (Ufecic) del Ministerio Público, Lobo reconoció que tiene fiscales buenos y otros que pueden «bailar al son que les toquen».
