Pastor que evangeliza a reos: FUSINA debe ser humilde; no puede sola

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El pastor y miembro de la Asociación de Privados de Libertad, reveló que tres de los fallecidos en la cárcel de El Porvenir eran líderes cristianos.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Casi llorando, el pastor de la iglesia Pasión por las Almas, Carlos Cerrato, reveló que tres de los fallecidos en la supuesta reyerta del domingo en la cárcel de El Porvenir eran predicadores cristianos. Además, lanzó fuertes y reflexivas críticas al sistema penitenciario de Honduras.

Nada más un mes de condena le quedaba a uno de ellos: Dionisio Alberto Solís Matute, quien, al igual que los otros dos, se rehabilitó con la palabra de Dios dentro de la cárcel, según dijo Cerrato en un foro televisivo.

El líder religioso no mencionó los nombres, pero mencionó que trabaja con privados de libertad desde hace 12 años.

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Pastor Cerrato: Muertes en cárceles no están vinculadas a riñas entre maras

El pastor, que también es integrante de la Asociación de Privados de Libertad, aseguró que una pelea de pandillas no es la causa de las muertes.

«Me duele que le echen la culpa a la MS-13 y la Pandilla 18 diciendo que es una pelea de maras. Yo desmiento eso porque yo trabajo con ellos adentro. Ellos no matan inocentes» explicó.

Por otra parte, reveló que no le han dejado entregar biblias a reclusos que están en búsqueda de encontrar el camino de Dios, a pesar de que tiene permiso para hacerlo.

«¿Cómo es posible que dejen entrar armas y no biblias?» comenzó diciendo, de manera efusiva.

Y prosiguió: «Les lloramos que nos dejaran entrar biblias y me decían que no se podía porque ahí adentro del libro podía ingresar un arma. ¿Entonces para qué están las fuerzas de seguridad?», cuestionó.

«¿Cómo yo como pastor me voy a prestar para meter un arma o droga en un libro?», cuestionó también.

El religioso mencionó que tenía permiso para entregar los libros sagrados otorgado por Rosa Gudiel, directora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), quien está suspendida por los incidentes.

No obstante, aseguró que al momento de llegar a los presidios, ese permiso «no valía nada».

Los problemas del sistema carcelario, según Cerrato

Además, Cerrato opinó sobre la actual crisis. «El problema en las cárceles de máxima seguridad es que tienen la estructura, pero no tienen el recurso humano para manejarla. El Estado no tiene humildad para trabajar en conjunto por soluciones» dijo.

Asimismo, aseguró que las cárceles hondureñas no tienen un funcionamiento que permita que los reos se rehabiliten y se forjen para ser personas de bien. Para explicarlo, hizo una comparativa con las prisiones estadounidenses.

Mencionó que en el país norteamericano los presos reciben una formación académica, talleres, y recesos, cosa que considera vital.

Por el mismo lado, describió a su perspectiva el sistema penitenciario en Honduras: «Lo que hay aquí son calabozos, donde pasan 23 horas encerrados. ¿Cómo van a tener hombres de 30 años encerrados? ¡y de remate les quitan las visitas!», se quejó.

Aseguró en el mismo sentido que, en la cárcel en Ilama, Santa Bárbara, los talleres (para rehabilitación) están cerrados, abandonados.

«¿Cómo quieren que cambien si no les dan una oportunidad, no los escuchan?», amplió.

También comentó que hay derechos excepcionales que no pueden ser violentados a los presidiarios: la comida, salud y ver a su familia.

Incluso, Cerrato describió que en los dormitorios de los centros penitenciarios «duermen como animales, hasta siete por cada cama».

Finalizó explicando las carencias del sistema penitenciario, detallando que esto se debe, en parte, a que: «Hay mucha política en los centros penales. Los que ahí trabajan son recomendados de los diputados».

El pastor Cerrato: Un ejemplo de rehabilitación

El miembro de la iglesia evangélica dio fe de que, en las condiciones propicias, los privados de libertad pueden cambiar, contando su propia historia. Ahora se dedica a pastorear «ovejas».

«Yo fui condenado en Estados Unidos por 17 asaltos y el intento de una muerte. Reconocí y acepté mi culpa. Ahora tengo 20 años de servir a Cristo», relató.

«En este momento tengo 20 iglesias con 900 miembros en toda Honduras», contó.

«Tenemos quince personas destinadas a la labor de evangelizar en prisiones. Gastamos hasta 18 mil lempiras en transporte, aguantamos hambre por amor a estas ovejas que están recluídas», detalló.

Por otra parte dice que «el sistema» busca «matar» a los mareros que él evangelizó y regresaron a un buen término con la sociedad.

«Tengo casas de refugio escondidas; tengo gente que la tengo durmiendo en la iglesia, mareros que se convirtieron, y los escondo porque sino los matan. Y, ¿quién lo hace? No son otros mareros, es el sistema», acusó.

Por último, concluyó su participación precisando que la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA) y el gobierno deben ser humildes, reconocer que no pueden solos, y hacer un trabajo con todas las personas involucradas, en equipo.

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