En Gracias, Lempira: ancianitos mueren tras 42 años de matrimonio

0
1651
pareja
Imagen de referencia. Doña Silvia y don Conrado murieron con nueve horas de diferencia respectivamente.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. En la comunidad de Gracias, Lempira, una feliz pareja marcó un precedente tras sellar su eterno amor con la promesa que hicieron al contraer nupcias. Su historia es digna de relatarla, conócela a continuación:

Hace 42 años, don Conrado Ramón Membreño y doña Silvia Gavarrete de Membreño se unieron en matrimonio y prometieron que dicha unión llegaría a su fin solo si la muerte los separara.

Sin esperarlo, dicha promesa se cumplió. La icónica pareja de 69 y 70 años respectivamente falleció ayer en su lugar de origen.

Lo sorprendente de dicha historia es que la vida de uno de ello fue interrumpida por la diabetes y problemas renales, en cambio, el otro murió tras no soportar la pérdida de quien fuera su verdadero amor.

Podría interesarle: La fuerte crítica de la periodista Samantha Velásquez a la boda de Herminio y Wendy

Sus vidas

La ciudad de Comayagua es el lugar en que nació don Conrado, sin embargo, fue en la ciudad de Gracias, Lempira que consolidó su vida y sobre todo, su amor.

En esa zona del país, el dinámico Conrado conoció a quien se convirtió en su compañera de vida por más de 40 años. Una vez que se conocieron iniciaron un sincero noviazgo, años más tarde se casaron y conformaron una familia.

De tan inigualable amor, nacieron sus tres hijos, Conrado Ramón, Melissa Geraldina y Silvia Yosari Membreño Gavarrete.

Tanto don Conrado como doña Silvia dejaron un legado; no solo a sus hijos, sino también a cientos de jóvenes que tuvieron la dicha de recibir el conocimiento que la pareja impartía como catedráticos.

La pareja se desempeñó como educadores y fueron fundadores del Instituto José María Medina en la comunidad de Candelaria, al sur de Lempira.

Asimismo, impartieron conocimientos en las aulas del instituto Ramón Rosa, centro educativo en el que laboraron por varios años, hasta que se jubilaron.

 Por su parte, don Conrado fungió como director de esa institución y gracias a la pasión con que desempeñaba su cargo, se ganó la admiración y respeto de sus alumnos.

Inesperada separación

Pese a la diabetes y problemas renales se convirtieron en parte de sus vidas, la felicidad no deja de primar en la recordada pareja de esposos.

Para tener una mejor calidad de vida y alargar sus días en este mundo terrenal, doña Silvia y don Conrado se sometían a un tratamiento de diálisis.

Es oportuno indicar que las enfermedades que padecían los esposos estaban aparentemente controladas.

No obstante, un fuerte olor de cabeza debilitó a doña Silvia el pasado martes, al punto de que fue necesario llevarla a un centro asistencial.

Tras varias horas de observación, un fulminante infarto acabó con su vida, dejando desahuciado a su amado esposo.

La triste noticia no fue soportada por don Conrado, y en medio del dolor y el llanto repetía “no podré soportarlo”.

Tras nueve horas del deceso de doña Silvia, su esposo la alcanzó. Don Conrado se dispuso a descansar para tratar de mermar el dolor por unos instantes, pero falleció mientras dormía. La misma causa de muerte de su eterno amor interrumpió su sueño y lo hizo descansar en paz.

Ahora, la recordada pareja volvió a unirse más allá de la vida y su historia de amor ha sido contada por propios y extraños de la localidad en que cimentaron su vida marital.

La tarde de ayer familiares y amigos recordaban la vida en pareja de don Conrado y doña Silvia.

Sin poder digerir la noticia, sus hijos trataban de pensar en el grande amor que se profesaron en vida sus progenitores.

«Hemos perdido a dos grandes mentores pero estamos seguros que su legado perdurará» expresó el alcalde Javier Enamorado en el velatorio de la pareja.