Palerma Ulloa Sabillón es una mujer entregada al servicio de los demás y una madre ejemplar, originaria de Santa Bárbara, tiene 3 hijos y labora como enfermera, por lo que hoy se destaca su historia por ser una catracha ejemplar.
Ella ha enfrentado muchos desafíos en la vida, que contó a Diario TIEMPO al relatar su historia de sacrificio y amor.
Una madre suele ser sinónimo de amor, sacrificio, entrega, disciplina e incondicionalidad en Honduras. Cada segundo domingo de mayo se hace homenaje a esas progenitoras que dan la vida por sus hijos.
Las madres hondureñas se caracterizan por ser unas guerreras, que sin importar las circunstancias, luchan por el bienestar de los suyos.
Desde muy pequeña, su sueño era ser enfermera y pese a la oposición de su padre, esta hondureña luchó para convertirse en una profesional. Con más de 30 años de trayectoria, Palerma ha servido a los enfermos en el Hospital Mario Catarino Rivas.
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«Ha sido una buena experiencia y una gran satisfacción de servir a la sociedad, de poder estar al lado del paciente y calmar su dolor», comentó.
Como enfermera, Palerma ha dado lo mejor de ella para ejercer con ética, valores y mucho amor su profesión, pero también como madre ha sido ejemplar.
Palerma con cada uno de sus hijos pasó duras pruebas que la hicieron más fuerte, más valiente y más humana.
Esta madre hondureña relató que dos de sus hijos nacieron con déficit de atención e hiperactividad, sin embargo, el tercero sufrió más complicaciones que provocaron que pasara casi toda su vida dentro de un hospital.
Su hijo padece de problemas renales, de una condición neurológica y de otras patologías.
Pese a que ya tiene 22 años, el joven tiene una edad mental de 6 y depende de su madre prácticamente al 100 por ciento.
Médicos le daban el peor diagnóstico e incluso aseguraron que su hijo iba a empeorar y terminaría postrado en una cama, pero la fe de Palerma fue tan fuerte que ha logrado que su descendiente pueda levantarse y caminar.
«Mi muchachito caminaba media cuadra y caía, tuve que ponerlo en silla de ruedas, pero ahora tiene 2 meses que ha logrado caminar un 80 por cierto», reveló.
Para Palerma sus hijos son lo más valioso, porque significan lucha, sacrificio y sobre todo amor.
«Ser madre es estar pendiente que a nuestros hijos no les falte nada, darles salud, fortaleza, consejos y caminar de la mano con ellos en todo momento».
Sobreviviente de cáncer
Hace dos años, a esta enfermera le diagnosticaron cáncer, una prueba muy difícil para su vida, pues ella sabía que uno de sus hijos dependía de sus cuidados y atención.
«Se me detectó cáncer. Me preocupé tanto porque tenía que irme para El Salvador a hacerme las quimios. Sin embargo, recibí otro milagro, le pedí a Dios que me sanara», reveló.
Palerma fue sometida a cirugía y pudo vencer esta grave enfermedad. Ella relató que aún continúa en tratamiento, pero siempre con la fe de que será sanada completamente.
«Ha sido bastante difícil, a veces los niveles de la tiroides se van y provoca un sueño profundo. Pero, siempre estamos luchando para servir a la sociedad y estar al cuidado de los míos», comentó.
Parlema es un ejemplo de una madre guerrera e incondicional que pese a las pruebas tan difíciles que ha enfrentado en la vida, sigue luchando por sus hijos y sigue salvando vidas a través de su profesión.
Esta inigualable enfermera mandó un mensaje a todas las madres hondureñas en su día.
«Cuidemos de nuestros hijos, estemos con ellos en todo momento, en los momentos más difíciles. El amor de madre es maravilloso, es un don que Dios nos ha dado», finalizó.
DATO: Palerma tiene 32 años de ejercer la enfermería auxiliar en el Mario Catarino Rivas.
