Redacción. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció este lunes el fin de su trabajo humanitario en Nicaragua, según un comunicado en el que aseguró que su retiro se debe a solicitud de las autoridades de ese país.
«Por pedido de las autoridades nicaragüenses, el CICR ha cerrado su oficina en Managua, terminando así su misión humanitaria en el país», señaló la delegación en su misiva fechada en Ciudad de México.
En el año 2018, el gobierno de Ortega autorizó la apertura de una misión de la CICR en el país, enfocada en objetivos exclusivamente humanitarios, como visitas a presos políticos a petición de sus familiares.
Asimismo, el modus operandi de las visitas del CICR era «trabajar en silencio y en confidencialidad», como explicó en 2021 Thomas Ess, entonces jefe de la misión del CICR en Nicaragua.
Posteriormente, Ess fue expulsado del país, por lo que pocas veces se pronunciaron sobre la condición de las personas presas políticas.
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Sin acceso
En marzo de este año se conoció que, pese a que el organismo internacional tenía autorización por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de visitar a los privados de libertad en los diferentes sistemas penitenciarios y cárceles del país desde 2019, desde junio de 2021 no tenían acceso para visitar a los reos que estaban en El Chipote.
Asimismo, la explulsión del jefe de la CICR se notificó por medio de una carta, donde «el Gobierno de Nicaragua notifica que decidió retirar el beneplácito a nuestro jefe de misión» en Managua, dijo a este Diario la coordinadora de comunicaciones de la Cruz Roja para México y América Central.
Ess dijo en ese momento a este Diario que la expulsión «nos tomó por sorpresa», que desconocían las razones y ratificaban su compromiso de continuar la labor humanitaria en Nicaragua.
El CICR era el único organismo internacional que había podido entrar a los diferentes centros penitenciarios y constatar la situación en que se encuentran los presos políticos de Nicaragua. Con su expulsión no queda organismo internacional que documente las condiciones en las que el régimen orteguista mantiene a los presos políticos.