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jueves, abril 25, 2024

Opinion de Francisco Tosi: Hay que hacerse cargo

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Francisco Tosi, economista.

Por Francisco Tosi. -Es importante analizar experiencias negativas de otros para no repetirlas. Ese es el mensaje que podemos tomar, cuando revisamos la experiencia económica argentina. En 1970 el ingreso por persona en la Argentina era aproximadamente igual   al de España, hoy es un tercio. Lo mismo sucede con la comparación con otras economías. Hay muchas explicaciones y circunstancias. Puede haber sido el destino, la mala suerte, una conspiración internacional o nuestra propia torpeza. Pero cualquiera haya sido la razón o la combinación que se quiera, el asunto es que no avanzamos como los otros, con quienes nos comparábamos.

No todo está podrido y como sociedad confiamos en recuperar la velocidad del desarrollo. Pero nos está  llevando mucho esfuerzo y estamos enredados en nuestro propio embrollo. Tras la crisis del 30, la Argentina intentó seguir una economía política de tipo industrialista autónoma. Auxiliada, no siempre inteligentemente, por la riqueza extractiva, principalmente agrícola y antes ganadera, la industria fue tomando desarrollo. Con significativos intentos de modernización, que muchas veces en lugar de avanzar eran un retroceso como el caso de la apertura comercial, la industria localizada en la Argentina, como ahora los servicios, crecieron.

¿Cuál fue el problema entonces? Los problemas son muchos pero los podemos resumir en dos: la calidad es menor a la internacional y los precios son más altos. Ante esta constatación, aparecen los grandes interrogantes, cuyas equivocadas respuestas agravan los problemas. La  equivocada respuesta es la clave que explica nuestro retraso relativo. ¿los españoles han sido unos genios? No lo creo. Se nota que han tenido mejor criterio o tal vez algún club detrás que los puso en la órbita correcta.

¿Qué sucede entonces en la Argentina? Resulta que solo el 43% de la población económicamente activa parece interesada en trabajar, la educación estatal es sin cargo para el alumno, lo mismo la atención de salud y así otros aspectos propios de país desarrollado. El sistema jubilatorio orilla los ocho millones de beneficiarios, contando pensiones, invalidez y graciables, existe una asignación universal por cada hijo de hogares en riesgo. Eso es muy bueno. El gasto público se mueve delante del 40% del producto bruto.

Pues ya se entiende que el sistema fiscal tiene que financiar todo esto.

Sin embargo, como dicen que el diablo nunca duerme, acá tampoco. Es cierto que los automóviles, los textiles y muchos otros productos son más caros, y no es menos cierto que el sueldo mínimo en la Argentina todavía hoy,  está  por debajo de los mil dólares por mes, pero es de los más altos de la región.

Los productos que paga el público, el consumidor, como los antes mencionados contienen como mínimo el 50% de impuestos. ¡50%! Entonces los asalariados cada vez que compran una prenda textil pagan la mitad al fisco y al industrial no le llega más que el 10% del total. Muchas veces bastante menos.

O sea que para pagar todo eso es necesario que se recaude y se recauda sobre lo que se vende. En conclusión los sueldos medidos en costo de hora en Argentina son altos para las empresas  (porque deben tener precios bajos o sea costos bajos) pero bajos para las personas porque le tienen que pagar al Estado la mitad del valor de lo que compran. En esta madeja nos metimos.

La gente que viaja o los que navegan por internet ven en el exterior precios más bajos y productos más variados y le echan el lastre al empresario. Porque el billete nunca  alcanza, el Estado pone impuestos en todas las transacciones posibles, pero como los que pagan son pocos la carga fiscal es muy alta para los formales y los informales nunca se integran. O sea solo encarece. La industria progresa poco porque no se capitaliza y le cuesta invertir. Para que contar que todo esto lo ven todos y entonces no le confían los dólares a la Argentina y el dinero escasea llevando los intereses a las nubes.

En conclusión tenemos una estructura industrial valiosa, un Estado valioso y asistencialista, bajo poder adquisitivo, altos precios, altos salarios nominales y cada decena de años una crisis económica que la llamamos ajuste para aliviar las inevitables tensiones que como es fácil entender se producen en la sociedad.

Si se bajan los impuestos no se sostiene el gasto y la sociedad lo sufre, subirlos no es posible. Los informales arrastrados a la formalidad no van, antes desaparecen por un tiempo. Aunque no lo veamos presiento que para la sociedad está llegando al momento de hacerse cargo. ¿Cómo es eso? Trasparentar, informar, conocer. Cuanto más sepamos, mas veremos hasta donde podemos estirar la cosa. No hay soluciones mágicas. Ralph Dharendorf, refiriéndose a Europa ya lo dijo y nos cabe. No va la cuadratura del círculo. ¡Todo el mundo a trabajar! Sin trabajo no hay desarrollo solidario.

Francisco Tosi es Economista.

franciscojose.tosi@gmail.com

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