Honduras. La construcción de un nuevo crematorio ha desatado preocupaciones ambientales entre los pobladores de Tocoa, Colón, quienes afirman que el proyecto se encontrará alrededor de nacientes de agua.
Según las declaraciones del diputado del departamento de Colón, Ramón Soto, la semana pasada se aprobó un préstamo por un monto superior a los 60 millones de lempiras. Unos 15 millones se destinaron para la apertura del nuevo crematorio municipal, que estaría ubicándose cerca de comunidades como Quebrada de Arena y Salamá.
Sin embargo, la población de esas comunidades se opone a esta ubicación debido a, según ellos, su gran importancia como área de nacientes de agua, lo que podría poner en riesgo los recursos hídricos locales y contaminar el subsuelo.
«El terreno se compró bajo la polémica y sospecha de malos manejos, y en contra de la voluntad de los pobladores y de lo que manda los leyes ambientales«, dijo el congresista a Diario Tiempo.
Los pobladores de Quebrada de Arena y Salamá han asegurado que no permitirán que se ponga en marcha el proyecto en el lugar. «Ellos se niegan a que se construya el nuevo basurero y amenazan con quemar los camiones», comentó Soto.
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«Hay falta de capacidad» ante invasiones
Recolectores de basura de la ciudad han denunciado recientemente que la tarea de eliminar los desechos se ha vuelto imposible por la invasión de los predios destinados a un crematorio local. Este conflicto surge a raíz de la demanda de una porción de los terrenos por parte de familias que buscan construir viviendas.
En ese sentido, el congresista explicó que existe «falta de capacidad» para solucionar el problema: «Hay de todo un poco. Hay caprichos, negocios ocultos y negocios públicos que todo mundo conoce, pero que todo mundo calla también. Hay falta de capacidad, falta de voluntad de sentarse a dialogar, falta de vocación y falta de empatía con los problemas del prójimo. Pero el principal problema es la falta de capacidad para dar soluciones», externó.
Soto explicó que existen entre 40 y 45 personas que mantienen tomado el terreno, exigiendo que se les permita construir sus viviendas.
«Las empresas están en la encrucijada, no pueden botar la basura en el nuevo crematorio y tampoco en el antiguo. Entonces dejan los camiones parqueados en la comunidad«, expresó.