OLANCHO, HONDURAS. Un niño de 10 años de edad murió de manera trágica luego de recibir una descarga eléctrica cuando jugaba en su casa de habitación, ubicada en la comunidad de Las Delicias, municipio de San Esteban, Olancho.
De acuerdo con los relatos, el menor sufrió el percance cuando manipulaba un alambre y tuvo contacto con una línea de acometida que estaba defectuosa. El niño gritó por ayuda a su madre y pese a los esfuerzos para reanimarlo, pereció en cuestión de segundos en su propia casa.
Al niño lo identificaron como Yolmin Elihú Sorto Tejeda. Su trágica muerte ha causado luto y dolor en su familia, pero también entre los vecinos y personas cercanas que lo conocían de toda la vida.
La mamá del niño, al intentar salvarlo, también recibió una descarga eléctrica, lo que le causó heridas de consideración.
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Peligro latente
Medios locales informaron que la acometida, que conecta la red de distribución eléctrica con la instalación de la vivienda, estaba instalada de manera improvisada y presentaba fallas desde hacía días, lo que representaba un peligro inminente.
Doña Heriberta, una vecina de la familia, indicó que «yo ya días les venía diciendo que tuvieran cuidado con los cables que estaban en mal estado. Le decía a la dueña de la casita que le pusiera mano».
El percance que cobró la vida del menor pone en evidencia el peligro que significa habitar en una vivienda donde las instalaciones eléctricas están en mal estado o con defectos.
La muerte por descarga eléctrica ocurre cuando el cuerpo humano recibe una cantidad suficientemente alta de corriente, que puede causar daño severo o fatal.
El proceso de fallecimiento por descarga eléctrica puede variar dependiendo de varios factores, como la intensidad de la corriente, la duración del contacto, el tipo de corriente (alterna o continua), el camino que sigue la electricidad a través del cuerpo y las condiciones de salud de la persona.