Redacción. Una joven de Estados Unidos se identifica como perro, tiene cuidadores, juega a la pelota, hace sus necesidades en el jardín e incluso duerme en una jaula. “Me llamo Meow, como un gato, pero soy un perro”, explicó.
La chica perro, como le gusta ser llamada, vive una vida sin más preocupaciones que ser un “buen perro” y fascinar con sus aventuras caninas a sus más de 15,000 seguidores en Twitch, en donde se define a sí misma como “e-puppy que no muerde… tan duro”, y conecta con su comunidad contándoles más sobre su persona, jugando con ellos, ladrándole a los comentarios o comiendo premios para perro.
Sobre por qué tiene nombre de gato si es un perro, Meow considera que es gracioso. “Es como cuando tienes un perro pequeño, como un chihuahua, y lo llamas Hércules”, contó en entrevista en The Kyle & Jackie O Show, un programa de radio australiano.
La joven asumió su identidad canina en la adultez, aunque considera que es algo que siempre estuvo en ella. “La maravilla que surge del juego y de estar encantado con la vida que te rodea es algo hermoso. Pensé que una vez que ganara mi propio dinero y pagara mi propio alquiler, entonces podría hacer extra lo que quisiera, ¡y yo quería ser un perro!”, aceptó Meow.
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Así vive la joven que se identifica como perro
“Hay algo en estar en un espacio reducido, no sé si me hace sentir a salvo del mundo o me hace sentir que el mundo está a salvo de mí, ¡pero me reconforta seguro. Técnicamente, me clasifico como inumimi, que es una quimera: una mutación entre humano y canino”, explica en su sitio web, en donde recibe propinas y regalos y promociona sus redes sociales, así como algunos productos.
Todas sus necesidades son cubiertas por sus cuidadores. “Ellos me alimentan, me sacan a pasear, practicamos el adiestramiento, que es una de mis cosas favoritas, porque me dan premios”, contó la chica, quien suele comer pollo, galletas y cecina.
“Creo que todos llevamos dentro un animal primitivo. Forma parte de nuestra humanidad”, finaliza la e-puppy, quien considera que está más allá del juicio público. “No me fijo en los demás ni en sus reacciones hacia mí porque estoy tan metida en el momento de perseguir la pelota, de ser un perro”, añadió.