Farándula. Pese a que ya pasó un tiempo desde la ruptura amorosa entre Ónice Flores, mejor conocida como ‘Campanita’, y el rapero hondureño Juan Carlos Lara o Mr. JC. ‘el del Palabrero’, al parecer las heridas del artista aún no sanan, pues recordó con dolor su odisea como novio de la influencer.
A través de una entrevista en el pódcast de Gazzu, un creador de contenido de la capital, Mr. JC. abrió su corazón para hablar sobre su relación con Ónice.
El rapero comenzó relatando que la bella Campanita siempre fue su amor platónico, por lo que no dudo en iniciar una relación con ella cuando se le presentó la oportunidad.
«Todo fue muy rápido. Le confesé que siempre había sido mi crush. La primera vez que salimos a la discoteca, nos besamos, y a partir de entonces, no nos separamos durante tres años», contó el hondureño.
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Además, el cantante aseguró que en tres años de noviazgo “jamás” cometió ningún tipo de infidelidad. Sin embargo, esa no fue la razón por la que el amor entre ambos no funcionó.
“Es la mujer más tóxica que he conocido en mi vida”
Tal como se había rumorado en redes sociales desde que la hondureña saltó a la fama, Mr. JC. confirmó que Ónice es una mujer difícil de manejar, por lo que los celos fueron un factor determinante en el deterioro de su relación.
“Es la mujer más tóxica que he tenido en mi vida. Hablábamos por teléfono 17 horas al día, y cada una de mis actividades tenía que mostrarla a ella”, compartió Mr. JC.
No obstante, el artista no huye de su parte de la responsabilidad y lamenta que sus propias inseguridades y celos también contribuyeron al desenlace.
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En ese sentido, Juan Carlos expresó su arrepentimiento por lo sucedido y reconoció que ambos tuvieron fallas en la relación.
«Lamento todo lo que pasó. La culpa es mía por permitirlo. No podía tomarme fotos con mis fanáticas. Escuché que a ella le gustaban las mujeres, y eso también me generaba celos», admitió.
Desde el fin de la relación, ambos continuaron con sus carreras como artistas, y a pesar de que Mr. JC. no le guarda rencor, al parecer Ónice no piensa lo mismo.
